Manual de Seguridad Vial - Asociación Mundial de la Carretera (PIARC)
Publicado en Manual de Seguridad Vial - Asociación Mundial de la Carretera (PIARC) (https://roadsafety.piarc.org)

Inicio > Versión para imprimir > 6. Objetivos y planes estratégicos

6. Metas, estrategias de inversión, planes y proyectos de seguridad vial

Mensajes principales

  • Adoptar el objetivo del Sistema Seguro a largo plazo y sostenido por metas cuantitativas a corto y medio plazo permite concentrarse en obtener mejores resultados.
  •  La adopción de un objetivo de seguridad vial y de estrategias y acciones para conseguirlo indica la disposición de un país a reducir las tasas de los accidentes graves y mortales que puedan tener lugar en su red viaria.
  • Establecer metas significativas requiere una recopilación de datos eficaz y un análisis del riesgo basado en los datos recogidos.
  • La selección de las actuaciones debería fundamentarse en las pruebas de su eficacia, en la evaluación del posible apoyo del gobierno y de la comunidad y en la capacidad del país para implementarlas.
  • La no implementación de una política o acción (suponiendo que existe conocimiento de ella) a menudo indica una posible dificultad para introducirla. Un examen de la capacidad de gestión de la seguridad vial y la identificación de las carencias que solventar constituyen un primer paso fundamental.
  • La implementación también requiere identificar qué cambios serán necesarios en las actuales prácticas de explotación de los organismos responsables, qué efectos sobre las políticas en otras áreas deberán abordarse y el nivel de capacidad necesario para lograr avances exitosos en la implementación.
  • En los países con ingresos bajos y medios se recomienda encarecidamente como etapa inicial la financiación e implementación de un proyecto piloto que genere esta capacidad de gestión, lo que permitirá posteriormente establecer metas, definir una estrategia o un plan de acción y obtener los resultados seleccionados a medida que los proyectos piloto exitosos se despliegan en todo el país.
  • El proyecto piloto debería:
    • tratar un corredor de alto riesgo con actuaciones por parte de todos los organismos responsables de la seguridad vial,
    • examinar las políticas seleccionadas,
    • establecer los planes de gestión del proyecto, y
    • controlar la evolución de los resultados con el fin de medir los avances.
  • En los países con ingresos bajos y medios, el proyecto piloto permitirá el desarrollo de capacidades dentro de los organismos (es decir, fuertes vínculos burocráticos y políticos; una mejor defensa y promoción del proyecto; el fortalecimiento de la gestión, la dirección y coordinación de la seguridad vial y la obtención de amplios conocimientos técnicos).
  • Las estrategias para las fases posteriores de crecimiento y de consolidación de la inversión deberían basarse en las experiencias positivas de la misma manera que las actuaciones deberían basarse en los datos.
  • Para estas fases de inversión se recomienda establecer metas ambiciosas pero realistas y limitadas en el tiempo. También, será importante llevar a cabo acciones legislativas sustanciales que apoyen el cambio de políticas y formen parte de la estrategia a medio plazo.

 

6.1 Introducción

Este capítulo define los plazos para:

  • establecer metas a nivel nacional,
  • desarrollar planes y estrategias de inversión, incluyendo los proyectos necesarios para alcanzar las metas establecidas, y
  • determinar los retos y las condiciones previas a la implementación necesarios para una producción exitosa.

La expresión «planes y estrategias de inversión» se refiere aquí al uso de recursos para implementar las estrategias y acciones especificadas, incluyendo los cambios en la política, y en este Manual se utiliza de manera intercambiable con la expresión «estrategias y actuaciones».

Las metas obtenidas a partir de las estrategias son un poderoso medio para el progreso del programa de seguridad vial a nivel local, regional y nacional y, para obtener los mejores resultados, los países deberán actuar estratégicamente en estos tres niveles. Establecer metas a nivel de organización (por ejemplo, a nivel del organismo responsable de la seguridad vial) es igualmente útil para ayudar a alcanzar los objetivos nacionales.

El Capítulo 2 describe el establecimiento de objetivos (cuantitativos) de mejora de los resultados ambiciosos, factibles y medibles en apoyo al objetivo a largo plazo del Sistema Seguro como mejor camino para alcanzar el éxito a nivel internacional. Una vez que un país reconoce que las tasas de fallecidos y de heridos graves en su red viaria no son aceptables, su respuesta consabida debe ser fijar unos objetivos y desarrollar un plan y una estrategia de apoyo para la seguridad vial (bien un programa, bien un conjunto de proyectos).

Habitualmente, la solución elegida por los PAIs  para establecer sus metas y sus correspondientes planes y estrategias de inversión es más desarrollada y generalmente está basada en una convicción más firme en la seguridad vial que lo esperable en los PBMIs durante la fase de establecimiento de su estrategia de inversión, principalmente por la diferencia de capacidades y experiencia entre los PAIs y los PBMIs, y también por la ausencia de datos de accidentes en estos últimos. La mayoría de los PBMIs necesitan una visión diferente a la elegida por la mayoría de los PAIs (apartado 6.2).

Los planes y estrategias de inversión necesarios para obtener las metas establecidas no solamente tienen que desarrollarse: tienen también que implementarse con éxito (apartado 6.5), lo que representa un reto considerable. Por lo tanto, es útil tener en cuenta el desarrollo de objetivos o de metas para tres marcos temporales:

  • el objetivo a largo plazo de eliminar los muertos y los heridos graves,
  • las metas a medio plazo (por ejemplo, la meta del Decenio de Acción de las Naciones Unidas de reducir las muertes en un 50 % entre 2011 y 2020), y
  • las metas a corto plazo (es decir, una reducción de la tasa de muertos en un período de entre 3 y 5 años).

Las metas a corto y medio plazo deberían siempre considerarse como hitos en el camino hacia el objetivo final de eliminar los fallecidos y los heridos graves, cuya adopción determinará la forma de las actuaciones planificadas y ejecutadas en el ínterin. El apartado 6.6 examina el establecimiento de metas cuantitativas para estos tres marcos temporales.
Para cada marco temporal pueden establecerse unas metas de resultados intermedios y finales (la medida habitual) y de productos institucionales (Capítulo 3). Estas opciones se examinan más en detalle en el apartado 6.7.

¿Por dónde empezar?

En los PBMIs, el objetivo subyacente será el desarrollo de la capacidad de gestionar la seguridad vial mediante un proceso de aprendizaje por la práctica. Una primera etapa importante será la identificación de las debilidades del sistema de seguridad vial actual (tanto en términos de gestión como de riesgos en la red). Debería desarrollarse, a continuación, un proyecto piloto (con el apoyo de todos los sectores), que constituirá la fase de establecimiento de la estrategia de inversión y permitirá adquirir conocimientos técnicos y de gestión y para el que serán imprescindibles un fuerte compromiso del gobierno y una financiación adecuada.

Esta primera etapa permitirá establecer posteriormente, y de manera informada, metas a medio y largo plazo y concebir e implementar con éxito estrategias o actuaciones (para las correspondientes fases de crecimiento y consolidación de la inversión) basadas, en el caso de los PBMIs, en:

  • el despliegue en todo el país de actuaciones siguiendo el modelo del proyecto piloto,
  • la implementación de las conclusiones sacadas de la revisión de las principales políticas realizadas en el marco del proyecto piloto, y
  • las conclusiones de exámenes futuros.

Después del examen de la capacidad de gestión de la seguridad vial, la primera acción que se debe emprender es la financiación y la implementación de un proyecto piloto (es decir, una actuación multisectorial en un corredor o zona urbana, junto con el examen de las políticas fundamentales). Esta es una manera muy recomendable de desarrollar la capacidad de gestión de la seguridad vial en todo el gobierno en los PBMIs.

En el caso de los PBMIs, el compromiso de mejorar los resultados de la seguridad vial puede ocasionar la adopción de una meta ideal «de arriba a abajo» a corto plazo (por ejemplo, en los cinco próximos años) y el reconocimiento del hecho de que la producción de los resultados de esta meta inicial será de lo más difícil. Sea como sea, la atención principal debe mantenerse en uno o varios proyectos piloto.

 

6.2 Marco temporal para el establecimiento de metas y la planificación de la inversión

Marcos temporales para el establecimiento de metas

Para apoyar la mejora de los resultados y alcanzar las metas de seguridad vial establecidas es necesario adoptar estrategias y acciones a corto plazo (de uno a tres años), a medio plazo (de tres a diez años) y a largo plazo (en más de diez años). Para los PBMIs, se recomienda la opción a corto plazo de avances constantes mediante proyectos piloto, con o sin una meta ideal (teórica) a corto plazo.

Tanto en los PAIs como en los PBMIs, serán esenciales unos planes y estrategias cuidadosamente elaborados para poder realizar avances sostenidos hacia las metas a medio plazo y, posteriormente, hacia el objetivo final de eliminar los fallecidos y los heridos graves (Capítulo 3). También hará falta una buena comprensión de la relación entre los marcos temporales de las fases de la estrategia de inversión.

Gráfico 6.1: Las fases de la estrategia de inversión: Directrices del Banco Mundial (2009) - Fuente: Adaptado de Mulder y Wegman (1999).

Gráfico 6.1: Las fases de la estrategia de inversión: Directrices del Banco Mundial (2009) - Fuente: Adaptado de Mulder y Wegman (1999).

La fase de establecimiento  (corto plazo) de la planificación de la inversión se centra en la creación de una capacidad básica que permitirá iniciar y aumentar una mejora selectiva y eficaz de los resultados de la seguridad vial. Sus dos objetivos principales deberían ser:

  • la definición de acuerdos de gestión y de coordinación de la seguridad vial y
  • la instauración de una cultura de gestión de los resultados.

Los proyectos piloto son el medio más eficaz de producir una mejora de los resultados gracias a:

  • las actuaciones realizadas en corredores específicos y
  • el examen de cuestiones críticas de las políticas de seguridad seleccionadas.

Este enfoque creará una plataforma de conocimientos que sostendrá el aumento posterior de la inversión durante la fase de crecimiento, lo que permitirá acelerar la mejora de los resultados de la seguridad vial. Gran parte de la implementación de la fase de establecimiento depende de elementos habilitantes como la legislación reforzada, de los sistemas de datos necesarios y de la disponibilidad de una variedad de herramientas y directrices. Todo ello se concretará con el tiempo, pero es esencial prestar atención a estas cuestiones desde la fase de establecimiento para que los elementos habilitantes estén en su lugar con el fin de que apoyen las siguientes fases de la implementación.

Los sistemas necesarios de gestión de datos y las herramientas requeridas para permitir una mejor planificación de las actuaciones en la red deben ser progresivamente identificados y desarrollados (Capítulo 5). La capacidad disponible para utilizar estas herramientas e instalar los sistemas de datos, una vez desarrollados, determinará el alcance y el momento adecuado para su implementación.

Para la fase de crecimiento (medio plazo) de la inversión, la principal prioridad será el desarrollo de un robusto marco de gestión de los resultados para todos los organismos y de programas selectivos de seguridad. En los PBMIs, esto debería basarse en proyectos piloto con resultados satisfactorios y en las lecciones aprendidas en materia de seguridad vial. Estos programas deberían desplegarse en todo el país y más particularmente en los tramos de alto riesgo de la red viaria. Los cambios recomendados basados en el examen de las políticas realizado durante la fase de establecimiento deberían implementarse en esta fase de la misma manera que la legislación y los sistemas habilitantes desarrollados en la fase de establecimiento deberían apoyar la implementación de procedimientos de actuación clave. Una financiación adecuada será vital para que esta fase permita una intensificación en el número de las actuaciones. La experiencia adquirida anteriormente durante las primeras etapas en los países con ingresos altos debería guiar los siguientes pasos en esta fase de crecimiento.

Para la fase de consolidación (largo plazo) de la inversión, las prioridades principales deben ser asegurar que el marco de gestión de los resultados está implantado en todas las regiones y distritos y adoptar todas las medidas necesarias para mejorar la eficacia de la gestión y la explotación, buscando a la vez oportunidades de futuras innovaciones.

Para los marcos temporales de las fases de crecimiento y consolidación, el imprescindible desarrollo de estrategias que permitan alcanzar las metas seleccionadas dependerá de la capacidad de presentar propuestas significativas durante este plazo.

La tabla 6.1 muestra la relación entre los marcos temporales y las fases del plan de inversión e indica la situación probable (en cuanto a las metas y las actividades de inversión) en la que se encuentran actualmente los países según su distinto nivel de ingresos.

Tabla 6.1: Horizonte temporal de los objetivos, fases del plan de inversión y situación probable de los PBMIs y los PAIs

Tabla 6.1: Horizonte temporal de los objetivos, fases del plan de inversión y situación probable de los PBMIs y los PAIs

 

6.3 Fortalecimiento de la capacidad de establecer y cumplir OBJETIVOS

Requisitos para conseguir resultados eficaces en seguridad vial

Los fundamentales factores de éxito (tanto para los PAIs como para los PBMIs) incluyen la capacidad de un país para:

  • analizar la situación actual de sus tasas de accidentalidad (basándose en datos, en la medida de lo posible),
  • identificar sus problemas de seguridad vial,
  • establecer metas significativas para los resultados en seguridad vial y los planes de acción con marcos temporales y responsabilidades para alcanzarlas,
  • obtener la financiación, activar los recursos especializados y establecer modos eficaces de consulta y de toma de decisiones para apoyar la definición de actuaciones,
  • implementar actuaciones eficaces, y
  • evaluar regularmente los resultados.

Las directrices sobre el examen de la capacidad (GRSF, 2009, 2013; apartado 3.2) reconocen la necesidad de avanzar, con el tiempo, desde una débil hacia una fuerte capacidad de gestión, y de aumentar progresivamente su utilización, lo que por supuesto tiene implicaciones en la eficacia de las acciones identificadas a corto plazo. Desarrollar y tratar de producir una estrategia a corto plazo, si los conocimientos y las capacidades de implementación no son suficientes, probablemente no producirá resultados significativos durante la fase de establecimiento (OCDE, 2008).

Reproducir en los PBMIs las estructuras y los procesos organizativos de los países que ya ejecutaron una gestión sistemática durante cierto tiempo no se hará de la noche a la mañana. Bliss y Breen (2012) indican que, para obtener buenos resultados, es precisa una voluntad política a largo plazo que se traduzca en inversiones en seguridad vial en una variedad de sectores y también en el gobierno y las instituciones, en la infraestructura, en el parque de vehículos, en las normas para obtener permisos de conducir, en los comportamientos de seguridad y en el sistema de salud. Como no se trata de pequeñas tareas baladíes, se debe prever un plazo suficiente para el desarrollo de las capacidades de personal y organizativas.

El recuadro 6.1 describe el desarrollo de un marco para asistir a naciones africanas en el establecimiento de un plan de acción estratégico nacional para la seguridad vial. El recuadro 6.2 trata de los países del Sudeste asiático

Recuadro 6.1: Caso de estudio - Gestionar la seguridad vial en África: un marco para los organismos nacionales responsables

El problema: África tiene la tasa per cápita de muertes por accidentes de tráfico más alta del mundo y se espera que empeore hasta el año 2030. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima esta tasa en 24,1 muertes por cada 100.000 habitantes, frente a la de 18,5 en Asia y de 10,3 en Europa. Si bien África tiene una de las densidades viarias más bajas (tan solo el 2 % de los vehículos motorizados del mundo) y solo constituye el 12 % de la población mundial, representa, sin embargo, el 16 % de los muertos por accidentes de tráfico en el mundo, lo que significa que los accidentes de tráfico causan dos veces más muertes que la malaria. Muchas víctimas de estos accidentes son pobres o caen en la pobreza debido a un accidente de tráfico. Los proyectos destinados a mejorar la seguridad vial son generalmente pequeños y con una coordinación insuficiente, lo que no permite obtener resultados medibles de la mejora de la seguridad vial.

La solución: Durante una conferencia en Ghana en 2007, los ministros africanos a cargo de los transportes y de la salud se comprometieron a mejorar los servicios de estos sectores con el fin de prevenir los accidentes de tráfico. En 2011, el Plan de Acción Africano para la Seguridad Vial 2011-2020 fue aprobado y adoptado por la Conferencia de los Ministros de la Unión Africana. Este Plan establece un marco de desarrollo para la gestión de la seguridad vial destinado a ampliar la capacidad nacional de abordar los problemas en este campo. Es necesario el compromiso nacional para dirigir los esfuerzos de cada país en materia de seguridad vial y para defender y promover las funciones de gestión institucional.

El resultado: Este marco ofrece una herramienta de preparación de un plan nacional estratégico de acción en seguridad vial. El marco descrito en el Plan amplia las funciones de gestión institucional estratégica del organismo responsable para generar:

  • una visión centrada en los resultados para abordar los problemas de seguridad vial,
  • unos procesos sistemáticos de gestión de datos,
  • una a coordinación entre los organismos responsables y las principales partes interesadas para lograr comprensión y apoyo al tema de la seguridad vial,
  • una legislación eficaz de las carreteras, los vehículos y los usuarios, incluyendo el cumplimiento de las normas de tráfico y el establecimiento de sanciones ,
  • la asignación de financiación y de recursos suficientes a las iniciativas de seguridad vial,
  • la sensibilización y la educación de la población en cuanto a la seguridad vial,
  • el seguimiento de los avances, y
  • la evaluación del éxito.

Los organismos responsables de la seguridad vial pueden utilizar esta herramienta para fortalecer su capacidad de tomar mejores decisiones de inversión.

Fuente: Programa de Política de los Transportes en África Subsahariana (PTASS), 2014

Para más información, el programa PTASS tiene su página web: http://www.ssatp.org/en/publication/managing-road-safety-africa-framework-national-lead-agencies.

 

Recuadro 6.2: Caso de estudio - Mejora de la seguridad vial en la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN)

El problema: En la región de Asia y del Pacífico, la rápida motorización y, en particular, el aumento explosivo del número de motocicletas crean problemas de seguridad vial graves y crecientes. La crisis es particularmente aguda en los países asiáticos en desarrollo, donde los accidentes de tráfico son ahora la segunda causa principal de muerte prematura en el rango de edad de entre 5 y 14 años y la causa principal en el rango de entre 15 y 44 años, que representa el segmento económicamente más productivo de la población. Los accidentes de tráfico tienen graves impactos en la salud, la pobreza, el desarrollo social y en las economías de los países de Asia y del Pacífico. En los diez países que conforman la región ASEAN, los accidentes viales son la causa de más de 106.000 muertes y más de 5,7 millones de heridos cada año (según datos de 2008).

La solución: Un proyecto basado en el éxito de un trabajo anterior del Banco Asiático de Desarrollo para los países de ASEAN, en el que se emprendieron las siguientes tareas:

  • Identificación de las necesidades en recursos humanos y formación en toda la región.
  • Identificación de los lugares donde puedan desarrollarse cursos de formación para instructores e iniciativas de investigación y seguridad vial.
  • Desarrollo de una serie de cursos de formación para instructores que cubran los problemas principales de la seguridad vial (por ejemplo, la seguridad de los motoristas, el análisis de datos sobre la seguridad o la actuación policial para hacer cumplir las normas de tráfico). Tras la formación inicial a través de un curso general, los instructores se han de encargar de organizar los primeros cursos y proyectos piloto en territorio nacional con el objetivo de implantar dichos cursos en cada uno de los diez países de la región.
  • Asistencia a los países en el desarrollo e implementación de proyectos piloto.
  • Desarrollo de manera centralizada de material y manuales didácticos, tras reunir expertos internacionales y expertos locales de la región ASEAN que modifiquen y adapten los materiales didácticos de otros países al contexto de los miembros de ASEAN.
  • Coordinación estrecha con el sector privado, las organizaciones no gubernamentales y el resto de los organismos implicados en la seguridad vial para maximizar la eficacia de los proyectos.

Los resultados: Los resultados esperados de este proyecto incluyen:

  • el fortalecimiento de la capacidad de seguimiento y análisis de los datos sobre los accidentes de tráfico,
  • el fortalecimiento de la capacidad de implementar estrategias de seguridad vial,
  • el fortalecimiento de la capacidad para abordar los problemas de seguridad de los motoristas,
  • la mejora de la capacidad de la policía para hacer cumplir las normas de tráfico
  • un conjunto de proyectos de seguridad vial, y
  • la difusión de los conocimientos adquiridos.

Fuente: Banco Asiático de Desarrollo.

La página web del Banco Asiático de Desarrollo ofrece más detalles en: http://adb.org/projects/details?page=details&proj_id=43080-012.

 

Fortalecimiento de la capacidad mediante proyectos piloto

Establecer planes, estrategias de inversión y metas para la seguridad vial es una tarea compleja que requiere conocer los riesgos existentes, discernir lo que es factible y que las autoridades competentes tengan la capacidad de gestionar eficazmente los procesos necesarios de cambio de forma que integren las actividades de seguridad vial.

Para los PBMIs, la primera etapa en el establecimiento de su actividad en seguridad vial (su fase de establecimiento de la inversión) será la preparación de proyectos piloto y no la de embarcarse en ambiciosos planes nacionales de mejora de la seguridad vial o establecer metas ideales más apropiadas a medio plazo en la fase de crecimiento de la inversión (apartado 3.2).

Los PBMIs deberán adquirir activamente sus conocimientos y establecer su capacidad de gestión, lo que les permitirá materializar estos proyectos y expandirlos de manera continua a todo el país. Esta experiencia desarrollará progresivamente la capacidad necesaria para establecer futuras metas y dar apoyo a nuevos planes y estrategias. El uso de proyectos piloto adecuados en estos países se examina en el apartado 6.5.

Es importante destacar que los proyectos piloto deben ser cuidadosamente adaptados al contexto de cada país. Aunque estos proyectos generan obviamente una base de conocimientos, es de vital importancia preparar un programa continuo de acciones futuras basado en la capacidad de cada país. De esta manera, puede generarse una capacidad permanente para producir mejoras en la seguridad vial.

En los PAIs, la ejecución conjunta por todos los organismos responsables de la seguridad vial de proyectos piloto que prueben tratamientos innovadores puede también ser una manera eficaz de preparar un despliegue más amplio y puede ayudar a fortalecer la capacidad y el liderazgo institucionales, incluyendo conocimientos y acuerdos de colaboración. Los proyectos de esta naturaleza permiten focalizar las oportunidades, por ejemplo, de poner a prueba y de integrar medidas del Sistema Seguro en nuevas estrategias y en las prácticas de los organismos responsables de la seguridad vial.

6.4 Evaluación de los problemas de seguridad vial de un país

Identificación de las necesidades y las oportunidades específicas en el sistema de gestión

Existen deficiencias en los sistemas de gestión de todos los países, bien en los resultados obtenidos hasta ahora, bien en el contexto y la calidad de las intervenciones ejecutadas o bien en la capacidad de gestión institucional. Los resultados reflejan las actuaciones ejecutadas y su eficacia, definida por el nivel de desarrollo de los sistemas críticos de apoyo existentes, tales como el compromiso de financiación, el alcance de la legislación relevante y el nivel de disuasión existente que engloba el apoyo de las estructuras gubernamentales de justicia y de sanciones.

Para obtener buenos resultados, son esenciales los acuerdos de gestión de la seguridad vial entre los responsables de los organismos competentes y del gobierno (Capítulo 3). El recuadro 6.3 muestra la importancia de estos fuertes vínculos entre funcionarios, representantes políticos y gobernantes elegidos de un país.

Recuadro 6.3: Acuerdos de buenas prácticas para la coordinación y toma de decisiones en materia de seguridad vial

Un marco de coordinación que vincule a los altos cargos del gobierno y de la gestión ejecutiva de todos los sectores relevantes para que se reúnan regularmente (para tomar decisiones sobre el funcionamiento de los niveles inferiores, formular recomendaciones de políticas que aseguren los resultados de la estrategia y rendir cuentas sobre los mismos a los ministros) refleja la visión sistemática necesaria para explotar la red viaria y aceptar sus retos profesionales y políticos.

Se recomienda llevar a cabo encuestas públicas a nivel parlamentario y consultas generales con las partes interesadas, incluyendo los grupos de interés específicos. Algunos países o regiones que pueden servir como modelo son: Australia (el estado de Victoria), Japón, Nueva Zelanda, Noruega, Australia Occidental, Suecia y los Países Bajos.

Fuente: PIARC (2012).

 

Otras cuestiones básicas que deben tomarse en consideración son:

  • ¿Existe una base de investigación y desarrollo para ayudar a los organismos a trabajar en la definición y la selección de problemas y en la evaluación de los resultados mediante el diseño de actuaciones basadas en experiencias positivas?
  • ¿Puede el país contestar a preguntas como:
    • cuáles son los principales tipos de accidentes graves?
    • cuáles son los principales riesgos de accidentes graves, por tipo y ubicación?
    • cuáles son los tramos de carretera con el riesgo de accidente más alto? ¿Qué se puede hacer para cuantificar este riesgo de manera aún más exacta?
    • antes de considerar posibles soluciones, ¿cuáles son los obstáculos probables a su implementación?
  • ¿Cómo influyen el modelo político y el sistema jurídico del país, así como las prácticas históricas y culturales, en la gestión de la seguridad?
  • ¿Son los acuerdos de coordinación, de dirección y de toma de decisiones entre los organismos gubernamentales adecuados para definir consensuadamente los problemas, para desarrollar una posible serie de actuaciones, para obtener el apoyo político priorizado a estas acciones (recuadro 6.3) e implementarlas con éxito?
  • ¿Existen medidas para el establecimiento de la capacidad gubernamental local y provincial dirigidas a mejorar los resultados de la seguridad vial?
  • ¿Cómo puede el aprendizaje por la práctica fortalecer la capacidad de gestión institucional y la base de conocimientos?

Comprensión de los riesgos de accidentes existentes a nivel de la red viaria

Dado que los países se enfrentan a una variedad de retos de seguridad vial en sus redes, la capacidad de identificar los riesgos de accidentes al nivel de la red es de enorme importancia. Los PAIs tienen tasas elevadas de vehículos ligeros, mientras que los PBMIs tienen generalmente tasas elevadas de motocicletas, gran número de peatones en las aceras y una gran proporción de vehículos pesados (camiones y autobuses) en su parque de vehículos.

Los factores que influyen en los riesgos comparativos de accidentes en las redes de los diferentes países comprenden:

  • el porcentaje de infraestructura segura,
  • el nivel de seguridad del parque de vehículos,
  • la mezcla de diferentes tipos de vehículos utilizando la red,
  • el nivel de cumplimiento de las normas de tráfico por los usuarios,
  • el control sobre la entrada y salida de los conductores y vehículos en la red, y
  • la calidad de los cuidados médicos de emergencia a las víctimas de accidentes.

La proporción del tráfico total circulando por autopistas de buena calidad será diferente según los países y el riesgo de accidente será menor (por unidad de desplazamiento) en este tipo de vías que en las carreteras de una sola calzada. Esto constituye un ejemplo no solamente de seguridad de la infraestructura, sino también de las grandes diferencias entre los problemas a los que se enfrentan los países, que deben comprender de la mejor manera para poder preparar planes de medidas correctivas.

Entender la relación entre los resultados y las condiciones de la seguridad vial (por ejemplo, el control del uso de los terrenos adyacentes y del acceso a la vía; las características de seguridad de la carretera y sus márgenes; la composición del tráfico, el tipo de vehículos y sus estándares de calidad; las velocidades de recorrido; el cumplimiento de las normas de tráfico; la calidad de las leyes y normas de tráfico; los criterios para obtener el permiso de conducir o la gestión del sistema médico de emergencias del país) es absolutamente imprescindible para evaluar el riesgo subyacente de accidentes en la red y tomar medidas para reducirlo.

Dos estudios de referencia —el estudio SUNflower (por Suecia, el Reino Unido y los Países Bajos) y el estudio SUNFlower+6 (por los tres mismos países más la República Checa, Hungría, Eslovenia, Grecia, Portugal y España)— evaluaron muchas de estas condiciones y sacaron conclusiones útiles sobre la relación entre los resultados y las condiciones subyacentes para diferentes países (ver recuadro 6.4 para el estudio SUNflower y el recuadro 6.5 para SUNflower+6). Cabe señalar que estas conclusiones se refieren a las condiciones anteriores al año 2005.

Recuadro 6.4: Algunas conclusiones del estudio SUNflower original (3 países) que ilustran las diferencias entre las condiciones subyacentes y el riesgo según los países 

  • En el Reino Unido, los riesgos son mayores para los peatones y los motoristas y menores para los ocupantes de los vehículos en comparación con otros países. Los factores que pueden explicar estas diferencias en el riesgo incluyen la alta densidad de tráfico en las carreteras del país, la mayor utilización de glorietas en las intersecciones y las velocidades medias menores en las principales carreteras interurbanas.
  • En Suecia, el riesgo es mayor para los ocupantes de los vehículos. Los factores que pueden explicar este riesgo son las velocidades medias más altas en las carreteras principales del país pese a la existencia límites de velocidad menores, una densidad de tráfico menor y un menor nivel de control policial de los límites de velocidad.
  • Para los tres países, el riesgo en las autopistas es casi cinco veces menor que en otras vías aunque difiere ligeramente entre los tres países (2,0 por cada mil millones (109) de vehículos-kilómetro en el Reino Unido, 2,3 en los Países Bajos y 2,5 en Suecia).
  • En los Países Bajos, el riesgo en las carreteras que no son autopistas es casi un tercio mayor que el riesgo en estas mismas vías en otros países. Los factores que pueden explicar este riesgo son: una mayor exposición al riesgo de los conductores de ciclomotores y los ciclistas, unas tasas menores de uso del cinturón de seguridad y una mayor densidad en los cruces.
  • El Reino Unido debe encontrar una solución que permita coexistir a los tráficos peatonal y de vehículos y reduzca la tasa de muertes, por ejemplo, incrementando la longitud de tramos urbanos con un límite de velocidad de 30 km/h.

Es importante notar que muchas de las recomendaciones incluidas en este estudio, incluyendo las arriba mencionadas, han sido implementadas desde entonces en los tres países con resultados positivos.

Fuente: Koornstra et al. (2002).

Recuadro 6.5: Resumen de las conclusiones del estudio SUNflower+6 (2005) sobre las condiciones de seguridad y los resultados

Este recuadro ilustra las diferencias en las condiciones subyacentes y el riesgo entre (A) tres países tres países de Europa central (Hungría, República Checa y Eslovenia) y los tres países del estudio SUNflower original (Suecia, Reino Unido y Países Bajos) y (B) entre tres países del Sur de Europa (Grecia, España y Portugal) y los tres países del estudio SUNflower original (Suecia, Reino Unido y Países Bajos).

(A)    Hungría, República Checa y Eslovenia

  • El desarrollo de la seguridad vial ha variado de manera considerable entre estos tres países. Los resultados han reflejado las diferencias en la gestión de la seguridad vial y las estrategias legales nacionales para su cumplimiento.
  • En Eslovenia, la mejora durante varias décadas hasta 2003 fue probablemente la consecuencia de:
    • una temprana introducción de varias normas del tráfico,
    • su aplicación eficaz,
    • la construcción extensiva de nuevas autopistas y vías rápidas,
    • una considerable modernización del parque de vehículos,
    • la introducción de varias medidas de calmado del tráfico, y
    • una mejora general de los estándares de seguridad de la infraestructura de las carreteras.
  • Eslovenia se ha beneficiado de una política de seguridad vial más flexible y eficaz a nivel regional y nacional, con metas repartidas entre las partes interesadas.
  • Para los tres países, los resultados de la seguridad vial se beneficiaron de la extensión de la red de autopistas en los años 90 que ha redirigido el tráfico hacia un tipo de carreteras relativamente más seguras y de una amplia implementación de medidas económicas de seguridad en los municipios (como glorietas y otros elementos de calmado del tráfico), donde esta iniciativa se basó únicamente en decisiones locales.
  • Los avances en los tres países fueron algo lentos en comparación con el conjunto de metas fijadas. Además, las mejoras en la organización, la gestión y la cooperación entre todas las partes interesadas en la seguridad vial, así como la provisión de recursos suficientes, parecen ser críticas para cualquier desarrollo futuro.

(B)    Grecia, España y Portugal

  • Estos tres países publicaron un plan para tres años o más (incluyendo el año 2005) que estableció metas cuantitativas de reducción del número de fallecidos por accidente de tráfico, un aspecto relativamente nuevo de la seguridad vial en estos países. Portugal apuntó a una ambiciosa reducción a la mitad del total de las muertes hasta 2010, mientras que las metas de España estaban alineadas con las proyecciones europeas generales (White Paper de la Unión Europea) y las de Grecia eran más modestas.
  • La organización de las actividades de seguridad vial de manera centralizada demuestra el compromiso por el desarrollo de políticas en todo el territorio y por la coordinación de actuaciones entre varios ministerios. En España, varios organismos han asumido la responsabilidad de organizar algunas de las actuaciones en seguridad vial.
  • En el caso de estos países, la coordinación vertical de las actuaciones en seguridad, desde el nivel nacional hacia el nivel regional y local, no está bien desarrollada.

(C)    Resumen para todos los países del estudio SUNflower+6

  • Para ciertos países, los cambios observados se debieron a importantes cambios políticos (Portugal, Hungría y República Checa), donde la situación era similar a la de los países del estudio SUNflower, es decir, un aumento del tráfico motorizado con el consiguiente incremento en el número de fallecidos. Este aumento en el número de muertos incrementó la atención a la seguridad vial, lo que ha derivado en nuevas políticas y medidas organizativas y de seguridad en este campo, en todos los países del estudio SUNflower+6, sin excepción.

Fuente: SWOV (2005).

 

Para comprender la escala de los problemas existentes en un país es necesario disponer de datos relevantes, puesto que una mayor cantidad de datos de mejor calidad permitirá probablemente una evaluación más exacta de los problemas y, con ello, el desarrollo de soluciones más precisas. Esto se ha visto en el Capítulo 5

En 2002, la OCDE destacó las ventajas de las perspectivas, los planes y las metas basados en datos detallados sobre los accidentes y otros aspectos de la seguridad vial y ha demostrado que sin una visión planificada basada en experiencias positivas y con objetivos claramente definidos, es poco probable que se pueda desarrollar o implementar una estrategia eficaz. Como ya se indicó en el Capítulo 5, sin datos suficientes es muy difícil justificar que la seguridad vial se convierta en una prioridad a nivel estratégico o establecer un enfoque coherente y basado en pruebas para identificar problemas y desarrollar e implementar medidas correctivas específicas.

El desarrollo de sistemas fiables de recopilación de datos precisos sobre los accidentes a los niveles nacional y local debe ser una prioridad. La OCDE recalcó en 2008 que, además de la importancia de obtener buenos sistemas de datos sobre los accidentes que permitan identificar los principales factores de riesgo, es esencial medir también los resultados intermedios, tales como:

  • las velocidades medias de circulación libre,
  • los excesos de velocidad,
  • las tasas de conducción en estado de embriaguez,
  • las tasas de uso del cinturón de seguridad, y
  • las clasificaciones del nivel de seguridad de la red viaria y del parque de vehículos.

También es necesario asegurar en el tiempo el seguimiento de los cambios en estas mediciones (apartado 6.7). Otros factores que afectan a los resultados de la seguridad vial y que deben medirse son:

  • el aumento de los desplazamientos,
  • las tendencias en el consumo de alcohol, y
  • el aumento del número de vehículos pesados, de motocicletas y de ciclomotores.

El análisis comparativo de estos datos es indispensable para guiar la acción a medio plazo. El Gráfico 6.2 expresa someramente la dificultad de entender los riesgos de accidentes a nivel de la red.

 Eric Howard.

Eric Howard.

Esta imagen muestra las peligrosas condiciones inherentes a esta infraestructura: acceso sin restriciones a la calzada desde los arcenes y la baja consideración general de la seguridad vial en este tramo. Abundan situaciones similares en muchos países del mundo.

Hay muchos entornos con alto riesgo de accidentes. Por ejemplo, el riesgo aumenta drásticamente cuando hay aberturas en las medianas en las principales carreteras arteriales, sin protección contra colisiones traseras pcra vehículos que giran, o protección para vehículos que llegan por la otra carretera o aquellos que están al otro lado de la carretera. insertar o cruzar la otra calzada. Para reducir tales accidentes, se necesitan largas negociaciones con los propietarios de tierras que generalmente solicitan acceso a su propiedad, o con los usuarios de la carretera que desean un acondicionamiento conveniente para el giro. La prevalencia de esta situación ilustra las dificultades que encuentran las autoridades viales para cambiar las respuestas de las poblaciones a circunstancias de esta naturaleza.

6.5 Planes e implementación de la inversión (estrategias y acciones)

Estrategias y acciones

Tanto las estrategias como las acciones son planes de inversión. Sin embargo, Austroads (2013) señala que existen diferencias considerables entre los países en cuanto al contenido de los planes de acción y que uno de los principales puntos de divergencia es el nivel de detalle de las medidas específicas. Algunos países introducen más detalle en la estrategia, otros reservan los detalles para los planes de acción y otros especifican con mayor cuidado el período inicial de la estrategia (por ejemplo, los dos primeros años), pero confían a los planes de acción (revisados tal vez cada dos años) los detalles sobre las últimas etapas de la estrategia.
Austroads (2013) concluye que no existe una respuesta correcta: lo importante es que la estrategia permita una flexibilidad suficiente para abordar cualquier problema específico que ocurra a medida que dicha estrategia se vaya desplegando (por ejemplo, a la luz de nuevas informaciones sobre posibles grupos de problemas) y para permitir cambios en el entorno político (incluidas la financiación y las prioridades) o en función de la aparición de nuevas tecnologías que permitan abordar el riesgo.

Obtención de resultados durante la fase de establecimiento

Para seleccionar acciones durante la fase de establecimiento, los países deben preguntarse qué metas pueden suponer un desafío para este período a corto plazo. Las acciones que pueden implementarse para tratar de alcanzar cualquier meta a corto plazo variarán considerablemente de un país al otro, de modo que:

  • Habrá diferencias sustanciales entre los PAIs y los PBMIs que introduzcan el enfoque del Sistema Seguro por primera vez e implementen un proyecto piloto para una nueva actuación.
  • LosPBMIs deberán establecer su capacidad inicial, mientras que el reto de fortalecer la capacidad será menor para los PAIs que ya hayan desarrollado conocimientos, habilidades y experiencia en gestión de la seguridad vial a medida que se acerquen a la fase de crecimiento.
  • Mientras que el Decenio de Acción para la Seguridad Vial de las Naciones Unidas apunta a una reducción de un 50 % en las muertes entre 2011 y 2020, la mayoría de los PBMIs están sufriendo una rápida motorización y sus conocimientos y coordinación de la gestión de la seguridad vial están dando sus primeros pasos (apartado 6.6).
  • En lo ideal, los PBMIs se centrarán en el desarrollo y la implementación de proyectos piloto que les permitirán establecer los conocimientos, las competencias y la confianza en la implementación. El alcance de las actuaciones en los proyectos piloto durante los primeros años no debería ser muy complejo dada la limitada capacidad existente.

En los PBMIs, los proyectos piloto y otros medios como el fortalecimiento continuo de las actividades existentes de seguridad vial y el desarrollo de sistemas informatizados de datos para el registro de los permisos de conducir y de las infracciones (y sus relaciones asociadas) será un proceso difícil y progresivo, pero gratificante. Hará falta un esfuerzo considerable y sostenido durante varios años para que las mejoras en la gobernanza del sector público y la implementación de los sistemas de apoyo necesarios demuestren ser una buena política y ofrezcan buenos resultados en la seguridad vial.

Estos retos son considerables, aunque no se trata de desalentar la acción inmediata, sino de tener una idea realista de lo que es factible a corto plazo en función de:

  • el nivel de recursos,
  • la asesoría consultiva disponible para el apoyo (en particular a la gestión y la administración general del proyecto),
  • la atención a los resultados de la actuación, y
  • el alcance del compromiso a alto nivel de lograr un cambio y una mejora en los resultados.

Asimismo, es de vital importancia no implementar actuaciones que puedan aumentar el riesgo de accidente, aunque sea de manera involuntaria. El recuadro 6.6 detalla el impacto no previsto provocado por la rehabilitación del pavimento en carreteras de la antigua Alemania del Este, que resultó en velocidades de desplazamiento más altas y en el correspondiente aumento de muertes antes de que se tomarán las medidas correctivas.

Recuadro 6.6: Estado de Brandemburgo (Alemania) a principios de los años 90 

La experiencia del estado alemán de Brandemburgo en los años posteriores a la reunificación de Alemania es relevante para otros países emergentes. La situación inicial era tal que:

  • las autoridades viales tenían muy poca experiencia en el campo de la seguridad vial,
  • una gran proporción de vehículos antiguos o poco seguros circulaba por la red,
  • muchos conductores eran novatos con pocas clases supervisadas de conducción, y
  • la policía era reticente a aplicar activamente las normas de tráfico debido a sus vínculos históricos con el anterior sistema político.

La acción precoz reflejó la falta de conocimientos disponibles: el programa de rehabilitación de las carreteras existentes sin las correspondientes medidas de mitigación de los riesgos derivó en velocidades mayores y en un aumento del número de muertes. Se tardó tiempo en identificar las iniciativas apropiadas pero, finalmente, en los siguientes veinte años se logró una reducción sostenida del 72 % de los accidentes graves y del 81 % de los fallecidos.

Fuente: Wenk y Vollpracht (2013).

Ciertas actuaciones, si son eficazmente implementadas, pueden producir resultados positivos en cualquier país (Capítulo 11); son, por ejemplo, las siguientes:

  • las velocidades más seguras,
  • el aumento de las tasas de uso del cinturón de seguridad,
  • la reducción de la conducción bajo los efectos del alcohol,
  • las mejoras en la seguridad de la infraestructura de la carretera y sus márgenes,
  • la promoción pública de las ventajas de los vehículos más seguros,
  • la mejora de la seguridad de los usuarios más vulnerables de la carretera (peatones, motoristas, ciclistas), y
  • una mejor gestión médica tras el accidente.

Estas medidas recomendadas son aplicables a todos los países, pero existen otras igualmente relevantes para buscar la mejora de la seguridad vial en los PBMIs, que incluyen:

  • unos vehículos pesados más seguros (camiones y autobuses),
  • un mayor cumplimiento de las normas de tráfico por parte de los conductores de los vehículos pesados, y
  • una mayor atención a los motoristas con medidas como el uso del casco y la provisión de arcenes separados (o al menos pavimentados) en las carreteras interurbanas.

Para los países con ingresos bajos y medios, el reto es establecer las condiciones necesarias para lograr resultados, lo que requiere generalmente varios años de esfuerzo. La mejora de la seguridad vial es un proceso continuo que exige un compromiso continuo. En estos países es también esencial que la atención al fortalecimiento de la capacidad de gestión institucional para mejorar la seguridad vial no se pierda en la consideración de las posibles actuaciones. Este fortalecimiento es vital para apoyar la capacidad de implementar medidas eficaces de seguridad vial y constituye el principal reto en este campo en todos los países.

Además, las actuaciones en estos países serán más útiles que las estrategias exhaustivas (que deberán desarrollarse en el futuro) para guiar los primeros pasos durante la fase de establecimiento. La implantación de una estrategia muy compleja y la definición de metas muy ambiciosas no son un objetivo factible durante la fase inicial.

 

 

Proyectos piloto para la fase de establecimiento en los países con ingresos bajos y medios

Como se ha comentado en el Capítulo 3, la primera etapa para los PBMIs es el desarrollo e implementación de un proyecto piloto en seguridad vial, que podría consistir en actuaciones multisectoriales en corredores seleccionados y en el examen de políticas seleccionadas de seguridad vial en todo el país. Todo ello requiere una acción coordinada entre los organismos responsables de la seguridad vial, pero en una escala menor y más fácil de gestionar que los proyectos a nivel nacional o que el examen profundo de todas las políticas.

Cabe destacar que el término proyecto piloto se usa a veces para describir la puesta a prueba en pequeña escala de un tipo de tratamiento específico (por ejemplo, un nuevo tratamiento innovador), tal y como se hace en el Capítulo 9. Sin embargo, el término se usa en este capítulo de manera muy diferente: la principal diferencia es la escala y la naturaleza multisectorial del proyecto y la atención al desarrollo de la capacidad, como se comenta en los siguientes párrafos.

La capacidad debe desarrollarse progresivamente, con mecanismos de coordinación y de toma de decisiones aceptados por todos los organismos de seguridad vial implicados. Después, la capacidad debe ser introducida y utilizada de manera cotidiana y deben establecerse enlaces con la toma de decisiones a nivel político (entre los ministerios). En este contexto de desarrollo inevitablemente lento de los conocimientos y de la capacidad, el aprendizaje por la práctica será muy beneficioso. El resultado principal será la mejora de la capacidad de los organismos responsables de la seguridad vial del país, lo que también manda a la comunidad un claro mensaje de que pueden obtenerse mejores resultados. El recuadro 6.7 perfila los objetivos de alto nivel de los proyectos piloto del Sistema Seguro.

Recuadro 6.7: Objetivos de alto nivel en los proyectos piloto del Sistema Seguro del Banco Mundial 

Los objetivos genéricos de alto nivel para los programas de proyectos piloto son:

  • seleccionar resultados de seguridad vial a medio y largo plazo en corredores y zonas de alto riesgo con elevadas intensidades de tráfico,
  • dimensionar el establecimiento de nuevas metas cuantitativas y casos de negocio para estudios de lanzamiento,
  • crear las oportunidades, la atención y los mecanismos para el desarrollo y orientación de políticas,
  • ayudar al fortalecimiento institucional y, en particular, a la producción, la coordinación, el trabajo conjunto mediante colaboraciones multisectoriales, el seguimiento y la evaluación y la transferencia de conocimientos, y
  • mejorar la aceptación política, profesional y pública de las actuaciones importantes.

Fuente: FMSR (2013).

Los proyectos deben incluir actuaciones básicas y coordinadas en corredores viales, tales como:

  • el cumplimiento de las leyes,
  • la identificación y el tratamiento de los puntos negros o tramos con alto riesgo de accidentes,
  • la mejora de los sistemas de cuidados médicos tras un accidente, y
  • unas campañas de concienciación pública sobre los esfuerzos realizados y sus ventajas.

Los componentes de desarrollo de las políticas de los proyectos piloto (independientemente de las actuaciones en los corredores) comprenden entre otros:

  • los procedimientos y normas para obtener el permiso de conducir, incluyendo los exámenes,
  • la mejora de los requisitos de seguridad de los vehículos,
  • el fortalecimiento de las normas de tráfico, y
  • la mejora de los sistemas de datos sobre los permisos, los vehículos, las infracciones y sus correspondientes relaciones.

Los recursos, la asesoría y la persistencia necesarios para conseguir incluso pequeños cambios en el funcionamiento de los organismos son notables y la experiencia ha demostrado que el nivel de esfuerzo requerido es constantemente subestimado y carece de la suficiente financiación. Los proyectos piloto seleccionados son una manera aceptada de establecer la capacidad de producir mejores resultados de la seguridad vial mediante el fortalecimiento del compromiso y el desarrollo de los conocimientos y las habilidades necesarias para una aplicación posterior en todo el sistema.

La medición, tanto inicial como continua, y el seguimiento de los resultados intermedios son componentes esenciales de los proyectos piloto y son particularmente importantes para las siguientes fases de la actividad general de seguridad vial:

  • La recopilación y el seguimiento de los datos sobre los resultados intermedios (como se indica en el apartado 6.7) permitirán medir los avances en el tiempo y predecir de manera fiable los posibles cambios en el número de fallecidos y de heridos graves, y alentarán la sensibilidad y la intuición.
  • La medición debería empezar antes de la implementación de cualquier proyecto piloto para establecer las condiciones de referencia.
  • Los resultados generales de la seguridad vial están incluidos también por otros factores, como el aumento del tráfico, los cambios en su composición, etc.
  • El seguimiento y la evaluación son un poderoso método de medida en cualquier país, pues provee una retroalimentación fiable a los profesionales que ejecutan actuaciones en el terreno con el fin de mejorar la seguridad vial.

En ausencia de bases de datos informatizadas sobre los accidentes, las cifras generales sobre los accidentes mortales pueden recopilarse de los archivos de la policía y de los hospitales de acuerdo con las necesidades de los proyectos piloto en un corredor vial o en una zona más amplia. El país estaría entonces en condiciones de recabar las pruebas basadas en la experiencia para evaluar las ventajas del proyecto piloto, lo que apoyaría un programa de despliegue general para la fase siguiente a medio plazo (fase de crecimiento).

Las tablas 6.2 y 6.3 proporcionan una lista detallada de los objetivos y los componentes de un proyecto piloto de seguridad vial, basada en las recomendaciones para la fase de establecimiento extraídas de un reciente examen de la capacidad de gestión de la seguridad vial realizado por el Banco Mundial.

Tabla 6.2: Objetivos detallados para un proyecto piloto
1

Fortalecer la capacidad de gestión de la seguridad vial del país para producir un proyecto piloto.
Establecer acuerdos para la toma de decisiones sobre la seguridad vial a nivel del grupo de trabajo y a nivel ejecutivo de los principales organismos involucrados y fijar acuerdos con expertos y con las partes interesadas.

2

Nombrar un organismo principal para dirigir el proyecto piloto y definir sus objetivos formales, sus funciones y sus necesidades de recursos, lo que incluye la creación de un pequeño grupo que proporcione asesoría y asistencia administrativa en la toma de decisiones coordinada por los socios del proyecto.

3

Desarrollar e implementar actuaciones en un corredor seleccionado por los sectores involucrados.
Monitorear y medir los cambios en los resultados de la seguridad vial.

4

Identificar y ejecutar los exámenes de las políticas seleccionadas para abordar las prioridades principales de seguridad vial.
Emitir recomendaciones para mejorar los resultados de la seguridad vial.

5

Acelerar la transferencia de conocimientos a los aliados estratégicos.

Estos cinco objetivos están interrelacionados y se refuerzan mutuamente. El objetivo es crear un proyecto conjunto que anime a los distintos organismos a trabajar juntos y de manera constructiva para producir (y luego evaluar) un conjunto de actuaciones multisectoriales bien orientadas en un corredor de alto riesgo, a examinar las políticas y a acelerar la transferencia de conocimientos sobre la seguridad vial. En general, un proyecto piloto cuesta aproximadamente 20 millones de dólares estadounidenses (al menos 10 millones como mínimo), tiene cuatro componentes principales y debe implementarse en un periodo de cuatro años (tabla 6.3). 

Tabla 6.3: Componentes de un proyecto piloto
Componente Coste típico en millones de dólares estadounidenses
1

Un comité ejecutivo financiado que dirija y gestione los componentes 2, 3 y 4.

-

2

Unas actuaciones en corredores piloto (tramos urbanos e interurbanos) de alto riesgo y con elevada intensidad de tráfico donde se implante un sistema de seguimiento y evaluación.

19.0

3

Exámenes de las políticas sobre las prioridades de la seguridad vial, por ejemplo:

  • normas para obtener el permiso de conducir,
  • seguridad de los vehículos pesados,
  • diseño de una infraestructura segura,
  • normas y principios de gestión y explotación,
  • fortalecimiento de la capacidad de la policía para investigar los accidentes,
  • desarrollo de una capacidad de investigación en seguridad vial, y
  • marco sancionador de infracciones.

0.4

4

Adquisición de los conocimientos mediante la asistencia técnica, con viajes de estudio a otros países y un grupo completamente financiado encargado de la seguridad vial. 

0.6

TOTAL 

20.0

Estos valores recomendados nacen de la escasa probabilidad de que una financiación menor pueda obtener los resultados descritos anteriormente. Los gobiernos y organismos de financiación deben reconocer que el considerable cambio en la gestión de la seguridad vial —desde la mejor intención de un organismo individual hasta una visión basada en la gestión coordinada, bien dirigida, que implique al gobierno entero y permita adquirir las habilidades necesarias para gestionar la mejora en todo el país— requiere una significativa inversión y un fuerte liderazgo. El recuadro 6.8 ofrece un ejemplo de proyecto piloto.
 

Recuadro 6.8: Proyecto piloto en un corredor en Kerala (India)

El corredor, que se supone que experimentará una gran mejora de la seguridad vial gracias a esfuerzos multisectoriales, es un tramo de 80 km de largo en la carretera principal 1, una autopista estatal que va de Kazhakkoottam a Adoor. Esta autopista atraviesa algunas zonas rurales y numerosos desarrollos urbanos (en bandas laterales) en toda su longitud.

Este proyecto, financiado por el gobierno del Estado de Kerala y el Banco Mundial, tiene una duración de tres años y cuenta con un presupuesto de casi 14 millones de dólares estadounidenses. Su planificación empezó a finales de 2014 y el desarrollo de la capacidad institucional para la colaboración de todos los organismos competentes en materia de seguridad vial está en curso. Se prevé que el diseño de la actuación, así como la formación y las adquisiciones necesarias, empezarán al final del primer año del proyecto y que la implementación completa sea efectiva en la mitad de los tres años.

Varios organismos participan en el proyecto mediante un grupo de gestión que rinde cuentas al Comité Director de la Autoridad de Seguridad Vial de Kerala (KRSA), entre ellos los ministerios de Obras Públicas, Vehículos Motorizados, Policía, Salud, Educación y la propia KRSA, que se encuentra en fase de fortalecimiento para asistir y apoyar a los otros socios. Además, las propuestas serán consultadas con los consejos de los distritos (comunidades locales).

Las actuaciones se basarán en la aplicación de los principios del Sistema Seguro e incluirán los siguientes tratamientos para hacer la infraestructura más segura:

  • ampliación de los arcenes para un uso más seguro por los motoristas,
  • tratamientos en las intersecciones, como señalización, glorietas más pequeñas y canalización del tráfico,
  • rótulos de advertencia de curvas y otras señales de advertencia,
  • marcas viales, hitos de arista y reflectores,
  • barreras laterales,
  • caminos peatonales,
  • tratamientos en los pasos peatonales (como plataformas elevadas, señales, señalización avanzada e iluminación en zonas urbanas),
  • examen de los límites de velocidad para ajustarlos a los principios del Sistema Seguro, en particular en entornos urbanos y cerca de las escuelas, y
  • uso extenso de la tecnología existente para mejorar el cumplimiento de los límites de velocidad y restringir las maniobras de adelantamiento en curvas.

Otras medidas, que no atañen a la infraestructura son:

  • la revisión de los incentivos que pueden derivar en un comportamiento peligroso de los conductores de autobuses,
  • el control policial para asegurar una iluminación adecuada en los vehículos,
  • el control policial sobre el uso del cinturón de seguridad y el casco,
  • la mejora de las ambulancias para ayudar a las víctimas de un accidente, y
  • el incremente de la rapidez en el traslado a los principales hospitales con mejor equipamiento para tratar los traumatismos.

También están previstas campañas para informar a la comunidad sobre el objetivo del proyecto con el fin de obtener su apoyo y conseguir el comportamiento buscado en el usuario con las sanciones.

 

© ARRB Group

© ARRB Group

Obtención de resultados durante las fases de crecimiento y consolidación 

Para las fases de crecimiento y de consolidación de la inversión, será necesario establecer planes de acción y estrategias exhaustivas y la capacidad será entonces suficiente para desarrollar propuestas significativas cuya contribución a las metas seleccionadas pueda ser plenamente evaluada (ver apartado 6.6.). Esto es aplicable tanto a los PAIs como a los PBMIs.

La disponibilidad de capacidad, de herramientas y de datos es esencial para permitir el análisis del riesgo y la selección de actuaciones relevantes. Un análisis profundo de los riesgos de accidente, por ejemplo como parte de una estrategia a diez años, podría efectuarse cada dos años para proporcionar información y actualizar el plan de acción en marcha.

El desarrollo de las estrategias y medidas correctivas será guiado por el análisis de los riesgos según:

  • el tipo de accidente,
  • el tipo de comportamiento,
  • el tipo de usuario,
  • el tipo de carretera,
  • las ubicaciones identificadas por su alto riesgo,
  • el tipo de vehículos,
  • el impacto potencial en la mejora de los cuidados tras el accidente, y
  • otros factores.

Las actuaciones, es decir, las medidas correctivas, para abordar los riesgos identificados durante las fases de crecimiento y de consolidación de la inversión pueden desarrollarse basándose en la experiencia obtenida de los proyectos piloto, de la experiencia de otros países y de la investigación. La segunda parte de la Guía para la Seguridad Vial de Austroads (2013) proporciona un marco conceptual para la selección de actuaciones basado en el enfoque del Sistema Seguro y establece etapas para:

  • relacionar medidas correctivas con los problemas,
  • evaluar la probabilidad de éxito de ciertas medidas correctivas,
  • estimar la rentabilidad probable de las inversiones, y
  • fortalecer la capacidad para producir actuaciones.

La guía describe también las técnicas básicas de evaluación y las variables económicas (ratio coste-beneficio, valor neto y tasa de rentabilidad para el primer año) y examina la importancia de la aceptación social y de los resultados coste-beneficio favorables.

Capacidad para implementar las actuaciones durante la fase de crecimiento 

Tanto en los PAIs como en los PBMIs, existirán numerosas actuaciones que puedan ejecutarse en la fase de crecimiento y más adelante. Los próximos capítulos (y en particular el Capítulo 11) cubren las actuaciones ingenieriles en seguridad vial en detalle y otras actuaciones (como la mejora del comportamiento de los usuarios mediante la legislación, las sanciones y los permisos de conducir; la mejora de las normas de tráfico, y la mejora en los cuidados después de un accidente) que son igualmente importantes.

Estas medidas fueron eficaces en muchos países diferentes, pero será necesario determinar cuáles pueden ser eficaces para hacer frente a los principales riesgos de accidente en un país y proceder a su plena implementación, lo que requiere datos, capacidad de análisis, conocimiento de las posibles actuaciones y una experiencia suficiente para guiar las iniciativas mediante procesos de desarrollo de políticas y de legislación, en particular a nivel político. En muchos países, y en particular en los PBMIs, la falta de capacidad para implementar actuaciones reconocidas por su eficacia es una grave limitación.

Existen soluciones, pero es posible que la conexión entre un problema general a nivel nacional y las actuaciones específicas no se conozca. Un mecanismo recomendado para mejorar el conocimiento de la conexión entre las actuaciones posibles y la dirección estratégica a alto nivel son los foros o los talleres de trabajo para el intercambio de información ente regiones o entre países. Es probable que el intercambio de información sea un éxito, especialmente si se centra en las experiencias de implementación en varios países y examina cuestiones y elementos prácticos.

6.6 Establecimiento de OBJETIVOS

Enfoques al establecimiento de OBJETIVOS

El establecimiento de metas puede venir definido por los resultados estimados de los planes de acción acordados o, alternativamente (y más frecuentemente), las metas pueden ser simplemente "ideales" por naturaleza.

La mayoría de los PAIs adoptan una meta de seguridad vial nacional por un período de cinco a diez años. La estrategia asociada (plan de inversión) para alcanzar esta meta estará probablemente apoyada en unos planes de acción con una duración de vida de dos o tres años, lo que permite el examen periódico y el ajuste de las prioridades durante toda la vida de la estrategia.

En ciertos casos, la meta será una declaración descendente (de arriba a abajo)de las aspiraciones, que requerirá la rápida determinación, la progresiva implantación y el regular análisis de la estrategia y las acciones necesarias para lograrla.

El establecimiento descendente de las metas, como la aplicación del objetivo del Decenio de Acción de reducir en un 50 % los muertos entre 2011 y 2020 (ver apartado de Ejemplos de metas numéricas) es más común en los PBMIs, que, a menudo, disponen de poca información sobre experiencias previas que les permitan iniciar sus esfuerzos de mejora de la seguridad vial. Sin embargo, este enfoque idealista puede con frecuencia tener resultados decepcionantes a corto y medio plazo.

En el caso de los PAIs que dispongan de buenos datos sobre los accidentes, de una comprensión de los problemas, de los conocimientos sobre las posibles soluciones y de recursos suficientes para los organismos responsables y la comunidad científica se pueden establecer metas más específicas. En ciertos PAIs, las metas se basan en un conjunto negociado de acciones estratégicas con un impacto estimado en el número de muertos y de heridos graves. Existirán conexiones entre la burocracia y el nivel político para discutir y resolver los posibles problemas de implementación (a menudo más allá de los impactos al transporte) que de otro modo podrían echar a perder o paralizar las actuaciones antes de la adopción y de la publicación de las metas y la correspondiente estrategia asociada. Esto se considera una estrategia ascendente (de abajo a arriba) en el establecimiento de las metas.

La modelización ascendente de una estrategia potencial para desarrollar una meta cuantitativa es una herramienta utilizada en ciertos países líderes, que apunta generalmente a determinar las tendencias actuales de accidentes con base en acontecimientos recientes para predecir el uso de la carretera en el tiempo y cualquier cambio potencial en el patrón de su uso (por ejemplo, cambios en la intensidad o la composición del tráfico debidos al crecimiento económico), así como a establecer supuestos en cuanto a las tasas futuras de muertos a la luz de estas previsiones (Austroads, 2013). Esto permite obtener una previsión de referencia que muestra el cambio esperado en las tasas de muertos durante la vida de la estrategia, si no se adopta ninguna otra acción.

A este proceso se le llama a menudo "situación habitual" y constituye un paso importante en proceso de modelización, ya que sin esta estimación de la situación habitual sería imposible predecir las mejoras en seguridad vial obtenidas gracias a las actuaciones planificadas. La definición de una situación de referencia permite cuantificar los cambios en la población, en la exposición al riesgo y en factores económicos diversos.

Los efectos de estas previsiones sobre los objetivos generales del transporte deben examinarse, y más particularmente los relativos a la salud comunitaria, como los cambios en los modos de viaje y los impactos en los niveles de actividad o en el medio ambiente (Racioppi et al., 2004). También pueden ser necesarios enlaces con otros sectores y en especial el de la salud para determinar qué otras políticas podrían tener un impacto en la previsión de la situación de referencia.

Aunque este enfoque ascendente sea un modo potente de promover un examen informado de las opciones disponibles, no está garantizado que las actuaciones propuestas sean aceptadas a nivel político: los dirigentes pueden no considerarlas como necesarias para alcanzar una meta más ambiciosa.

Sea cual sea el enfoque utilizado para producir una meta, ascendente o descendente, el conocimiento y la experiencia serán la base del desarrollo y de la implementación del plan de acción y de la estrategia; ambos enfoques tienen la capacidad de apoyar la mejora de los resultados de la seguridad vial. Sin embargo, hasta que se disponga de la suficiente capacidad para gestionar la seguridad vial, es poco probable que el enfoque ascendente sea factible (apartado 6.3). Por esta razón, para las fases de establecimiento y el inicio de la fase de crecimiento de la inversión, un enfoque descendente para el establecimiento de las metas será probablemente la única opción factible en losPBMIs (tabla 6.4), aunque definirá metas idealistas con pocas probabilidades de éxito.

Tabla 6.4: Opciones factibles para el establecimiento de objetivos

Aunque pudiera parecer útil que los PBMIs basaran la selección de sus metas a corto plazo en las metas a cinco o diez años actualmente adoptadas por los países con buenos resultados, existen importantes inconvenientes:

  • en muchos PBMIs los muertos y heridos graves siguen aumentando al compás de la motorización,
  • en estos países la fase de establecimiento de la inversión aún no es lo bastante sólida como para emprender las acciones necesarias para lograr el cambio tal y como se proponen en los PAIs, que están en su mayoría en fase de crecimiento o incluso de consolidación.

Los PBMIs pueden querer establecer una meta a corto plazo en los años iniciales de la fase de establecimiento, ya que esta aspiración puede impulsar la mejora. Sin embargo, deben saber que es muy improbable que estas metas puedan alcanzarse antes de que su capacidad de gestión de la seguridad vial se fortalezca.

Los planes y metas establecidos a nivel local o nacional deberían reflejar la visión del país, con las variaciones correspondientes a las circunstancias y a la intención local. De esta manera, se podrá comprender de manera más coherente por la comunidad, los responsables de la seguridad vial y los políticos en diversos niveles del gobierno. Sin embargo, establecer metas a nivel local (independientemente del estado o región) puede ser problemático ya que generalmente los datos, los recursos y la experiencia a este nivel no están disponibles. Por ello, a menudo se adoptan metas nacionales.

Casos de estudio sobre el establecimiento de OBJETIVOS

El estado de Australia Occidental eligió un enfoque ascendente para establecer metas en el ínterin, como se explica en el recuadro 6.9.

Recuadro 6.9: El estado de Australia Occidental eligió un enfoque ascendente para establecer metas

El estado de Australia Occidental ha desarrollado una estrategia de seguridad vial basada en el Sistema Seguro para el período 2008 a 2020. Se ha construido un modelo matemático para mostrar las ventajas de la implementación de una combinación de medidas basadas en las mejores prácticas del Sistema Seguro. Se propusieron al público varias opciones y combinaciones de ventajas derivadas de una gama de elecciones de políticas y de financiación mediante un programa exhaustivo de consultas a medida que se desarrollaba la estrategia.

La filosofía del Sistema Seguro en Australia aspira a prevenir a largo plazo las muertes y los heridos graves en la red de carreteras. La visión de Australia Occidental es que la consideración de la seguridad del sistema de transporte desde este ángulo derivará en nuevos diseños de carreteras fundamentalmente seguros. Estos diseños y protocolos de explotación seguros pueden hacer avanzar a grandes pasos la seguridad del sistema, al contrario de los progresos incrementales que caracterizan los enfoques tradicionales.

Utilizando estimaciones basadas en experiencias anteriores y datos recientes sobre los accidentes, el modelo matemático ha proyectado la reducción en el número de accidentes graves cada año entre 2008 y 2020, y se ha hecho el sumatorio para el período de vida de cada actuación, asumiendo que se implementara de manera aislada. Se combinó una gama completa de actuaciones basadas en las mejores prácticas del Sistema Seguro, que incluyen carreteras y arcenes seguros, velocidades seguras, vehículos seguros y un uso seguro de la carretera para comparar la reducción en el número de accidentes. La principal variable para valorar el éxito de las actuaciones fue la reducción en el número de accidentes durante el período de vida de la estrategia. Esta reducción se comparó con el número de accidentes que ocurrirían si no se actuara sobre la seguridad vial (se ha previsto una compensación para el efecto combinado del aumento del tráfico y de la reducción de los accidentes graves debido al aumento de la motorización y para el impacto del posible atraso en la implementación de una medida). El modelo arrojó dos resultados:

  • el número total estimado de accidentes graves evitados durante la vida de la estrategia, y
  • el porcentaje de reducción en el número de accidentes graves que se obtendría en el último año de la estrategia, comparado con el año inicial o de referencia para el que existen datos disponibles.

Se ha propuesto una combinación óptima de estas actuaciones basadas en el Sistema Seguro que, de implantarse, reduciría el número de heridos graves al 50 % entre 2006 y 2020.

Fuente: MUARC (2008).

El método más utilizado para establecer metas es el descendente o "ideal", que es de hecho el único factible durante la fase de establecimiento, y que puede también servir eficazmente durante las fases de crecimiento y consolidación. Por ejemplo, Suecia utilizó una mezcla de los métodos ascendente y descendente para establecer sus metas de resultados de la seguridad vial en el intervalo (ver recuadro 6.10).

Recuadro 6.10: Mezcla de enfoques ascendente y descendente para establecer las metas de seguridad vial en Suecia

En 2012, Suecia ejecutó un examen de su estrategia de 2010 a 2020, de sus metas (de entonces) en el período y de sus indicadores de resultados para asegurarse de que las metas siguieran siendo ambiciosas y realistas. La reducción en el número de muertes para los tres años anteriores a 2012 había superado los resultados previstos y las metas de avance hacia 2020.

Los organismos competentes se reúnen seis veces al año para discutir los resultados de la seguridad vial en relación con los objetivos y metas definidos para 2020, compartir conocimientos y coordinar esfuerzos. El objetivo inicial en materia de seguridad vial especificó una meta en el ínterin que consistía en una reducción del 50 % en el número de fallecidos y de un 25 % en el de heridos graves entre 2007 y 2020, dando prioridad especial a las medidas para mejorar la seguridad vial de los niños.

Desde la adopción de estas metas, el avance se ha gestionado y controlado por medio de 13 indicadores que fueron presentados, analizados y discutidos en conferencias anuales desde 2009. El análisis del examen de los resultados en 2011 consideró las recientes tendencias pasadas y las opciones futuras y mostró que las metas existentes se alcanzarían en 2020 gracias a las tendencias en vehículos e infraestructuras predecibles hasta 2020. Este análisis no incluía la contribución esperada de otras medidas en cuanto a usuarios, velocidad, cuidados tras un accidente, etc. La mayor mejora se obtendría para los usuarios protegidos.

El análisis mostró que era posible incrementar las metas hasta reducir el 50 % de los muertos y el 40 % de los heridos graves entre 2010 y 2020, lo que exigiría medidas por encima de las incluidas en las previsiones y representaría evitar aproximadamente 70 muertos y 210 heridos graves al año. El gráfico 6.3 muestra las metas alternativas en la tendencia de accidentes hasta el 2020.

    Las razones para efectuar un análisis fueron:

    • las tendencias señalaban que las metas definidas para 2020 no constituían un reto mayor, y
    • la aparición de nuevos problemas y nuevas medidas de seguridad requerían la asignación de metas.

    Las conclusiones del análisis son:

    • El análisis es fiable y constituye una base sólida para el establecimiento de prioridades en los esfuerzos continuos en el campo de la seguridad vial.
    • Reforzar las metas según las conclusiones del análisis es un reto suficiente para animar a continuar con esfuerzos eficaces y con innovaciones.
    • Debería revisarse el conjunto de los indicadores de resultados para llevar a cabo un esfuerzo conjunto en el campo de la seguridad vial.
    • Las tendencias en la seguridad de los vehículos y la infraestructura contribuirán de manera importante para alcanzar las metas en 2020. Algunos retos también deben tratarse, y en particular la mejora del cumplimiento de los límites de velocidad, la seguridad de los usuarios vulnerables y el uso de nuevas tecnologías.
    • Alcanzar las metas identificadas por el análisis requiere una gestión eficaz por objetivos y nuevos conocimientos, en particular para mejorar la seguridad de los usuarios vulnerables.

     

    Ejemplos de metas numéricas típicas

    Para que una estrategia de seguridad vial sea un éxito, se necesita establecer metas cuantitativas ambiciosas pero realistas, que ya estén asociadas de manera significativa con la mejora de los resultados en seguridad vial (Capítulo 2). También deben ser medibles, para que el nivel de aspiración sea claro, se pueda determinar hasta qué punto se lograron las metas o, en caso contrario, se pueda concluir en qué medida no se alcanzaron.

    En las últimas décadas, las metas cuantificables se han usado en varios países como Finlandia, Francia, Países Bajos, Suecia, Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda, Irlanda y Estados Unidos (Capítulo 2).
    Irlanda logró una reducción sustancial de la tasa de muertos por accidentes de tráfico en los últimos años y se posicionó como uno de los países de la Unión Europea con los mejores resultados. Su estrategia, adoptada para el período 2013-2020, optó por una reducción del 24 % en el número de fallecidos y del 40 % en el número de heridos graves (Autoridad de la Seguridad Vial, 2013).

    Muchos países han adoptado la meta de reducción del 50 % en el número de muertos y heridos graves entre 2011 y 2020 siguiendo las indicaciones del Decenio de Acción para la Seguridad Vial de las Naciones Unidas. Indonesia, por ejemplo, estableció así una meta descendente de reducción en un 50 % de los accidentes por número de habitantes, junto con la estrategia y las acciones políticas necesarias para alcanzarla hasta 2020, y también la meta de reducir en un 80 % la tasa de muertes hasta 2035 y las acciones políticas que permitirán alcanzarlas.

    Estas metas y acciones políticas se expresan en el Plan Maestro para la Seguridad Vial 2011-2035 (República de Indonesia, 2011) para el período hasta 2015 y luego para cada cinco años hasta 2035. Sin embargo, los avances han sido lentos aunque en 2014 se reforzaron las mediciones, la evaluación y los informes sobre los avances del plan para dar mayor atención al nivel de detalle sobre las actuaciones (contenido, calendario, recursos) necesarias para plasmar las acciones del Plan Maestro.

    Los planes nacionales deberían ser lo bastante flexibles para que las preferencias y prioridades locales puedan identificarse e integrarse en los planes locales.

    Establecimiento de OBJETIVOS para grupos seleccionados de usuarios o de riesgos

    Además de las metas de resultados finales para los muertos y heridos graves en general incluidos en las estrategias, pueden establecerse también metas de resultados para diferentes grupos de usuarios expuestos al riesgo o para diversas categorías de riesgo según las bases del Sistema Seguro.

    La actual estrategia Viajes Más Seguros (Safer Journeys) 2010-2020 de Nueva Zelanda apunta a una reducción del 40 % de la tasa de muertos entre los jóvenes y del 20 % de los muertos debidos al abuso de alcohol o drogas (tabla 6.5).

    Tabla 6.5: La estrategia Viajes Más Seguros 2010-2020 de Nueva Zelanda
    Objetivo Meta de reducción 

    Aumentar la seguridad entre los jóvenes conductores

    Reducir la tasa de muertes entre los jóvenes de 21 fallecidos por cada 100.000 habitantes a una tasa similar a la de los jóvenes australianos de 13 fallecidos por cada 100.000 habitantes

    Reducir la conducción bajo los efectos de alcohol o las drogas

    Reducir el actual nivel de muertes causadas por el alcohol o las drogas de 28 fallecidos por cada millón de habitantes a una tasa similar a la de Australia, de 22 muertes por millón. 

    Lograr carreteras y márgenes más seguros

    Reducir significativamente el riesgo de accidente en las carreteras de alto riesgo en Nueva Zelanda 

    Establecer velocidades más seguras

    Reducir significativamente el impacto de la velocidad en los accidentes mediante la reducción del número de accidentes atribuidos a velocidades superiores al límite o excesivas para las condiciones de la vía

    Aumentar la seguridad de los motoristas 

    Reducir significativamente la tasa de muertes entre los motoristas y los conductores de ciclomotores de 12 por cada 100.000 habitantes a una tasa similar a la del estado australiano de Victoria, que tiene los mejores resultados con 8 muertes por cada 100.000 habitantes

    Mejorar la seguridad de los vehículos ligeros

    Introducir en el país vehículos con los últimos equipamientos de seguridad. La edad promedio del parque de vehículos ligeros del país, de 12 años, debe reducirse a un nivel similar al de Australia, que es de 10 años

    Mejorar la seguridad de los peatones y ciclistas

    Lograr una reducción del riesgo de accidente para los peatones y, en particular, para los ciclistas y, a la vez, fomentar estos modos de desplazamiento a través de infraestructuras más seguras

    Mejorar la seguridad de los vehículos pesados

    Reducir el número de accidentes graves con vehículos pesados involucrados

    Reducir el impacto de la fatiga y abordar el problema de las distracciones

    Convertir la gestión de la distracción y la fatiga en el modelo de lo que significa ser un conductor competente y seguro 

    Reducir el impacto de los conductores de alto riesgo 

    Reducir el número de infractores reincidentes por alcoholemia, exceso de velocidad y carreras ilegales

    Aumentar el nivel de uso de los sistemas de retención para niños

    Lograr una tasa de uso correcto de los sistemas de retención infantil del 90 % y hacer obligatorio el uso de asientos elevadores (alzas) para niños de entre 5 y 10 años

    Aumentar la seguridad en la tercera edad

    Reducir la tasa de muertos entre la tercera edad de 15 por cada 100.000 habitantes a una tasa similar a la de Australia, que es de 11 por cada 100.000 habitantes

    Austroads (2013) analiza las ventajas que para la planificación de la seguridad tiene el predecir el aumento probable del tráfico, como, por ejemplo, los impactos proyectados por el aumento del tráfico de camiones. En ausencia de actuaciones, el aumento del tráfico de vehículos pesados (y de cualquier tipo de tráfico) aumentará el número de heridos en las carreteras. Es importante prever estos impactos en las estimaciones de las metas de resultados generales de la seguridad vial y, en particular, de las metas desarrolladas mediante un enfoque ascendente.

     

     

    6.7 Indicadores de resultados

    Indicadores nacionales

    Según la OCDE (2008), los resultados intermedios (indicadores de resultados) son un elemento muy valioso en la previsión de los resultados finales (el Capítulo 3 y el Capítulo 5 tratan la medición de productos y resultados intermedios y finales). La medición, la recopilación y el seguimiento de los datos sobre los resultados intermedios para los factores seleccionados constituyen una manera de medir los avances en el tiempo y permiten un monitoreo eficaz que alentará la conciencia y la perspectiva, así como una previsión fiable de los posibles cambios en las tasas de muertos y heridos graves para cada elemento medido.

    Los capítulos 3 y 5 especifican varios indicadores de los resultados intermedios, como, por ejemplo, las tasas de uso del cinturón de seguridad, la vigilancia de las velocidades, el efecto del alcohol en los accidentes graves y mortales y las tasas de uso del casco. En el caso de los PBMIs, pueden añadirse las siguientes mediciones de los resultados intermedios:

    • tasas de luces traseras en funcionamiento en los camiones,
    • tasas de vehículos circulando en sentido contrario,
    • proporción de tramos que disponen de caminos peatonales en zonas con elevado número de peatones, o
    • tasas de presencia de plataformas elevadas con señalización visible para reducir la velocidad en las aproximaciones a los pasos de peatones existentes en los tramos urbanos de las vías arteriales.

    Según Austroads (2013), asociar estas mediciones a los resultados deseados (metas adoptadas) equivale a desarrollar un marco de gestión de los resultados que asocie directamente los productos de las estrategias (lo que se hará) con los resultados (lo que se debe conseguir). Es un método útil que centra la atención en los resultados principales, fomenta la modelización de la eficacia de los productos a partir de los resultados intermedios y finales obtenidos y ayuda al proceso de seguimiento, lo que será una actividad posterior a llevar a cabo durante las fases de crecimiento y de consolidación en la mayoría de los países con ingresos bajos y medios.

    A menudo, las estrategias pueden incluir metas de resultados intermedios (o indicadores de resultados) y apoyarse en mediciones de estos resultados para predecir los impactos subyacentes en los resultados proyectados. En ciertos casos, también se incluirán metas de productos en la estrategia.

    Establecimiento de metas para organismos individuales

    También pueden establecerse fácilmente metas de resultados finales o intermedios a nivel organizativo (del organismo responsable de la seguridad vial) a diferencia de las metas generales en todo el país que se alcanzan gracias a las contribuciones de todas las administraciones.

    Por ejemplo, una autoridad vial puede calcular la reducción de las tasas de muertos esperada como consecuencia del tratamiento de ciertos puntos negros o crear un programa de reducción de los riesgos de accidentes en ciertos tramos de carretera. Puede también medir las reducciones en las velocidades medias (una medición de los resultados intermedios) obtenidas gracias a la instalación de dispositivos de control de la velocidad en puntos de la red donde el riesgo de muerte de peatones o de accidentes en cruces es más más elevado. Finalmente, puede medir los puntos negros o los tramos tratados para reducir el riesgo de accidentes graves (una medición de los productos).

    Es muy útil para todas las organizaciones tener sus propios planes estratégicos, acciones y metas basados en la estrategia general nacional. La estrategia individual de un organismo debería indicar, de una manera tan cuantificable como sea posible, lo que piensa hacer y cómo lo hará para cumplir con las obligaciones que, formando parte de la meta general nacional, recaen bajo su responsabilidad.

    6.8 Alcanzar lOs OBJETIVOS

    El establecimiento de una meta de seguridad vial representa una gran oportunidad para informar e involucrar a la comunidad sobre los riesgos existentes de seguridad, las medidas disponibles para reducirlos y para buscar abierta y activamente el apoyo en la mejora de los resultados.

    Es también muy importante que el apoyo político a una meta quede plasmado no solamente en un compromiso de legislar y regular, sino también en el compromiso de financiar, con una visión a largo plazo. Los costes económicos de las estrategias de prevención de heridos pueden compararse con los ahorros del gobierno en gastos en salud y bienestar, lo que es un argumento particularmente útil con los ministros de finanzas, quienes en muchos países desempeñan un papel decisivo en la determinación de las prioridades generales de gastos del gobierno.

    En la medida de lo posible, los «primeros triunfos» deberían identificarse y usarse para reforzar el apoyo político a la meta general y a su estrategia asociada, lo que puede implicar el establecimiento de metas o la adopción de medidas menos exigentes durante la fase inicial de la implementación, pero que fomentarán un avance más dinámico posteriormente. La utilización de experiencias positivas para rendir cuentas y difundir los primeros logros permitirán ganar confianza en la estrategia y obtendrá el aumento del apoyo del gobierno.

    Los políticos tienen un papel crítico en la decisión sobre cambios en las políticas apoyados por experiencias positivas y en las opciones para la gestión de externalidades (impactos de las medidas de seguridad vial en campos no relacionados con esta) y necesitan de un apoyo adecuado para asumir la dirección de la implementación de un cambio beneficioso en seguridad vial.

    6.9 EL CAMINO a seguir HACIA METAS, ESTRATEGIAS DE INVERSIÓN, PLANES Y PROYECTOS DE SEGURIDAD VIAL EFICACES

    ¿POR DÓNDE EMPEZAR?

    • Los PBMIs deberían:
      • encargar un examen de su capacidad de gestión de la seguridad vial,
      • adoptar el enfoque y el objetivo del Sistema Seguro,
      • identificar los riesgos de seguridad en las carreteras del país, y
      • desarrollar, financiar y preparar un proyecto piloto que involucre a todos los organismos e incluya una actuación multisectorial en un importante corredor o zona urbana y la revisión de la política nacional.
    • Los puntos anteriores deberían constituir el plan de inversión de los PBMIs para la fase de establecimiento.
    • El proyecto piloto seleccionado debería:
      • Tratar un importante corredor o zona urbana de alto riesgo por medio de una gama completa de actuaciones que involucren a todos los organismos competentes en materia de seguridad vial.
      • Identificar las políticas que deben revisarse (por ejemplo, los criterios de los exámenes para obtener el permiso de conducir o las normas de seguridad de los vehículos).
      • Establecer los planes de gestión del proyecto.
      • Preparar el seguimiento y la medición de las actuaciones de seguridad seleccionadas para mejorar los resultados intermedios (como velocidades medias, uso del cinturón y del casco y tasa de alcoholemia en los accidentes graves y mortales en el corredor vial elegido) a fin de asegurar los avances del proyecto piloto, que deberán identificarse de manera continua.
    • La gestión del proyecto piloto deberá incluir la identificación de un organismo responsable consensuado, que apoyará las actividades de toma de decisiones y de coordinación con un grupo de trabajo que integre varios organismos y creado expresamente para los fines del proyecto. Este grupo de trabajo rendirá cuentas a nivel ejecutivo a un comité de dirección con representación de todos los organismos implicados.
    • La implementación de un sistema de datos sobre los accidentes debe ser una prioridad.

    AVANZAR

    • Completar la implementación del proyecto piloto.
    • Evaluar progresivamente los resultados midiendo los resultados intermedios y rindiendo cuenta de los mismos al público.
    • Aunar los conocimientos y establecer la capacidad de gestión con acciones como el intercambio de información con otros países, la realización de labores de investigación y el examen de las publicaciones internacionales para la implementación de intervenciones eficaces.
    • Desarrollar la legislación y los sistemas y promover la concienciación de los niveles ejecutivos del gobierno y del público en cuanto a la necesidad de su compromiso con la mejora de la seguridad vial.
    • Asegurar una financiación idónea para extender progresivamente los resultados del proyecto piloto (modificado adecuadamente con base en las lecciones aprendidas) a toda la red.
    • Implementar reformas continuas de las políticas de seguridad y de los acuerdos de gestión institucional, incluyendo la creación de un organismo responsable a nivel nacional, la definición de su función y responsabilidades, y las tareas de coordinación y apoyo al resto de organismos implicados.

    CONSOLIDAR

    • Difundir los datos del sistema nacional de análisis de los accidentes sobre las tasas de accidentes y sobre otros resultados de la seguridad vial.
    • Establecer metas a medio plazo para los resultados y los productos intermedios nacionales por organizaciones y desarrollar e implementar los planes (estrategia y acciones) de aumento de la inversión para alcanzar estas metas. Los países con ingresos altos deberían ejecutar estas tareas como prioridad inmediata.
    • Determinar si el enfoque elegido para establecer las metas será ascendente o descendente guiándose por las metas establecidas por países líderes en el campo de la seguridad vial.
    • Implementar medidas multisectoriales exhaustivas en toda la red.
    • Gestionar, seguir e informar de los resultados de la seguridad vial en toda la red.
    • Durante la fase a largo plazo de consolidación de la inversión, apoyar a los gobiernos locales y regionales en el desarrollo de metas a largo plazo, de estrategias y planes de acción y en el seguimiento de los resultados de la seguridad vial.

      6.10 Referencias

      Austroads, (2013) Guide to Road Safety Part 2: Road Safety Strategy and Evaluation, Austroads, Sydney, Australia.

      Bliss T & Breen J (2012), Meeting the management challenges of the Decade of Action for Road Safety, IATSS Research 35 (2012) 48–55

      Bliss T & Breen, J (2013), Road Safety Management Capacity Reviews and Safe System Projects, Global Road Safety Facility, World Bank, Washington, DC.

      Global Road Safety Facility (GRSF) (2009), Implementing the Recommendations of the World Report on Road Traffic Injury Prevention. Country guidelines for the Conduct of Road Safety Management Capacity Reviews and the Specification of Lead Agency Reforms, Investment Strategies and Safe System Projects, by Bliss T & Breen J; World Bank Global Road Safety Facility, Washington DC.

      Global Road Safety Facility (GRSF) (2013), Road Safety Management Capacity Reviews and Safe System Projects, by Bliss T & Breen J; World Bank, Washington, DC.

      Koornstra M, Lynam D, Nilsson G, Noordzij P, Pettersson HE, Wegman F & Wouters P (2002), SUNflower: a comparative study of the development of road safety in Sweden, the United Kingdom, and the Netherlands. SWOV, Dutch Institute for Road Safety Research, Leidschendam.

      MUARC, (2008), Development of a New Road Safety Strategy for Western Australia, 2008 – 2020, Report No. 282, Corben B, Johnston I, Vulcan P, Logan D.

      Mulder, J & Wegman, F, (1999), A trail to a safer country, PIARC XXIst World Road Congress, Kuala Lumpur, SWOV, Leidschendam, Netherlands.

      New Zealand Ministry of Transport, (2010), Safer Journeys 2010–2020 Strategy, New Zealand Ministry of Transport, Wellington, New Zealand.

      OECD, (2002), Safety on roads: what's the vision? Organisation for Economic Co-operation and Development (OECD), Paris, France.

      OECD (2008), Towards Zero: Achieving Ambitious Road Safety Targets Through a Safe System Approach, OECD, Paris, France.

      PIARC (2012), Comparison of National Road Safety Policies and Plans, PIARC Technical Committee C.2 Safer Road Operations, Report 2012R31EN, The World Road Association, Paris.

      Racioppi, F, Eriksson, L, Tingvall, C, & Villaveces, A, (2004), Preventing road traffic injury: a public health perspective for Europe,World Health Organization, Copenhagen, Denmark.

      Republic of Indonesia, (2011) National Road Safety Master Plan 2011-2035,

      Road Safety Authority, (2013), Road Safety Strategy, 2013—2020, Government of Ireland, http://www.rsa.ie/Documents/About%20Us/RSA_STRATEGY_2013-2020%20.pdf

      SWOV, (2005), SUNflower+6; A comparative study of the development of road safety inthe SUNflower+6 countries: Final report, Wegman F, Eksler V, Hayes S, Lynam D, Morsink P, and Oppe S.

      Wenk, S & Vollpracht, H (2013), A comprehensive approach for road safety exemplified by the State of Brandenburg 1991-2012, World Road Association (PIARC), Routes/Roads 360, 88-93.


      URL de origen: https://roadsafety.piarc.org/es/gestion-de-la-seguridad-vial/6-objetivos-y-planes-estrategicos