Manual de Seguridad Vial
Manual para los profesionales y encargados
en la toma de decisionespara la aplicación
de la infraestructura del sistema seguro!

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4.5 Sistema Seguro: aceptar la responsabilidad compartida

El enfoque del Sistema Seguro exige al sistema de gestión de la seguridad vial que:

  • reconozca y acepte el concepto de responsabilidad compartida,
  • reconozca y acepte el papel de los responsables y proyectistas del sistema, y
  • coordine el Sistema Seguro con otras políticas (por ejemplo, salud pública y laboral, medio ambiente, reducción de la pobreza, movilidad y accesibilidad, etc.) (OMS, 2004).

El concepto de responsabilidad compartida

Actualmente no es aceptable esperar que el usuario cargue con toda la responsabilidad de evitar los accidentes graves.

El sistema deberá, en última instancia, proteger de la muerte y las heridas graves a todos los usuarios de las carreteras, incluyendo los que cometan infracciones, aunque durante el período intermedio, la atención debería concentrarse en los que cumplen con las normas de tráfico y los que podrían sufrir la muerte o heridas graves por culpa de infracciones o errores cometidos por otros usuarios.

Como ya se mencionó, además del comportamiento del usuario, los factores relativos a la seguridad de la carretera y del vehículo desempeñan un papel sustancial en los accidentes mortales. El avance progresivo hacia el Sistema Seguro exige que todos los sectores interesados acepten sus responsabilidades en la provisión de una red viaria segura, a parte de la responsabilidad individual del usuario. Este concepto de responsabilidad compartida requerido por el Sistema Seguro es la raíz del cambio en el pensamiento tradicional al respecto de los factores que contribuyen a los accidentes.

El Sistema Seguro busca un diseño de la infraestructura, de los límites de velocidad y de las características de seguridad de los vehículos tal que individualmente (y juntos) reduzcan la violencia de las fuerzas en un accidente. Se basa además en:

  • esfuerzos de educación, de legislación y de actuación policial para lograr altos niveles de cumplimiento con las normas de tráfico,
  • sistemas de obtención de los permisos y licencias de conducción eficaces para controlar la seguridad de los usuarios que utilicen el sistema (en particular para los conductores y motoristas novatos),
  • medidas para la suspensión de los permisos y licencias en caso de infracciones graves, y
  • buenos protocolos para la atención a las víctimas tras un accidente.  

Este cambio fundamental desde el concepto de responsabilizar al usuario hacia un enfoque que obliga a responsables y proyectistas a proveer un entorno de tráfico intrínsecamente seguro es la clave para alcanzar ambiciosos resultados de seguridad vial (OCDE, 2008).

El papel de los proveedores del sistema

Si bien se espera del usuario individual que esté alerta y cumpla con todas las normas de tráfico, la responsabilidad primaria de proveer un entorno operativo seguro a los usuarios recae en los proveedores del sistema, entre los que se incluyen el gobierno y las empresas que proyectan, construyen, mantienen y regulan las carreteras y los vehículos (Recuadro 4.1). Esto implica reconocer el papel de otros muchos actores del sistema (más allá de los ingenieros de carreteras y de los fabricantes de vehículos) que tienen un efecto sobre el uso de la red y que también son responsables del logro de mejores resultados y del incremento de las tasas de supervivencia.

Recuadro 4.1: Los responsables del sistema son:

  • Los organismos de legislación, regulación y cumplimiento de las normas que están a cargo de identificar las conductas inseguras, pero actualmente permitidas, y de implementar nuevas medidas de cumplimiento para crear un sistema más seguro.
  • Los empresarios que proporcionan vehículos (tanto ligeros de pasajeros como pesados de mercancías) a su personal y que exigen conducir en sus contratos.
  • Las instituciones que prestan cuidados médicos en el lugar del accidente y en el hospital.
  • Las autoridades que otorgan permisos y licencias de conducir y buscan mejorar la seguridad de los conductores.
  • Las agencias de seguridad vial.
  • Los responsables de la planificación del uso del suelo, cuyas decisiones afectan los flujos de tráfico y el acceso a las márgenes.
  • Los usuarios de las carreteras, de quienes se espera el cumplimiento de las normas de tráfico.

 

Los estudios mencionados en el apartado 4.4 confirman la importancia fundamental de los responsables de facilitar carreteras y márgenes más seguros, límites de velocidad más seguros, vehículos más seguros y conductas más seguras. Los usuarios de las carreteras no deberían tener que desplazarse a través un sistema lleno de diseños defectuosos que aumenten la probabilidad de error. El programa Visión Cero de Suecia contempla una cadena de responsabilidades que empieza y termina con los diseñadores del sistema (es decir, los proveedores) y que tiene tres eslabones principales (Tingvall, 2005):

  • los diseñadores (proveedores) del sistema se encargan de la seguridad de éste,
  • los usuarios tienen la responsabilidad de cumplir con las normas y reglamentos de tráfico,
  • si los usuarios no cumplen con las normas y reglamentos, la responsabilidad recae de nuevo en los proveedores del sistema.

El seguimiento de los resultados continuos de las responsabilidades implica muchos retos, en los que cada actor debe aceptar su responsabilidad en los resultados. Si bien el principio de responsabilidad compartida ha sido aceptado con naturalidad en las estrategias de seguridad vial de los países que han adoptado el enfoque del Sistema Seguro, llevará tiempo lograr el sustancial (y a menudo sutil) ajuste necesario para que se integre en las prácticas habituales de todos los organismos (incluyendo las autoridades viales).

Las responsabilidades de la seguridad vial se extienden también a la comunidad en general. Por ejemplo, los profesionales de la salud colaboran ayudando a sus pacientes a gestionar su seguridad en las carreteras y los padres contribuyen notablemente con la educación vial de sus hijos, no solamente mediante supervisión directa de los conductores novatos, sino también como modelos de comportamiento a través de sus propios hábitos de conducción y de cumplimiento de las normas.

Integrar el Sistema Seguro con otras políticas y metas sociales

Las decisiones sobre seguridad vial no deberían tomarse de manera aislada, sino, al contrario, alinearse con los valores de la comunidad en general, tales como la economía, el uso del suelo, la salud laboral y la salud medioambiental, las metas del consumidor, la movilidad y la accesibilidad, como ya se indicaba en el Capítulo 1. Existe una importante conexión entre el Sistema Seguro y estos objetivos.

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