Manual de Seguridad Vial
Manual para los profesionales y encargados
en la toma de decisionespara la aplicación
de la infraestructura del sistema seguro!
Para recopilar, gestionar o utilizar datos de seguridad vial es importante recordar que su calidad puede verse comprometida en cualquier etapa del proceso debido a:
La mala calidad de los datos y la infradeclaración de los accidentes tienen varias consecuencias (Austroads, 2005; OCDE, 2007), como son:
El siguiente apartado discute los factores que afectan a la calidad de los datos y los métodos para estudiar las incoherencias en estos y mejorar su calidad. Si bien se centra en los datos sobre accidentes, los problemas de calidad son relevantes para otros tipos de datos y se debe usar cautela en su recopilación e interpretación.
Puede ocurrir que los datos se registren de manera incorrecta por la policía o el personal encargado de introducirlos en el sistema. Un grave problema es que, en la mayoría de los casos, la persona que rellena el formulario en la escena del accidente no es la misma que introduce los datos en el sistema (OCDE, 2007). Los datos incompletos o incorrectos son generalmente un hecho involuntario y resultado del error humano. Debido a sus prioridades y a su carga de trabajo, la policía no puede acudir siempre a la escena de un accidente o disponer del tiempo suficiente para rellenar completamente el parte de accidente (especialmente en el caso de formularios innecesariamente largos). Además, como se verá en el siguiente apartado, una mala definición de las variables puede dar lugar también a datos incompletos o incorrectos. Asimismo, estas dificultades pueden ocurrir en el caso de datos que no atañen a los accidentes; por ejemplo, los datos sobre los activos pueden ser codificados de manera incorrecta o bien se pueden producir errores durante el análisis de datos sobre la velocidad.
La definición de cada variable (tipo de accidente, gravedad de las víctimas, ubicación, etc.) puede diferir según las fuentes de datos (por ejemplo, los archivos policiales sobre accidentes, los archivos de los hospitales o las reclamaciones de las aseguradoras) y los países, lo que puede acarrear complicaciones a la hora de identificar los accidentes de interés, comparar las bases de datos y evaluar la calidad de los datos dentro de un conjunto. A continuación se examina una serie de definiciones que en ocasiones pueden resultar confusas.
Las tipologías más comunes de víctimas según su gravedad son: las víctimas mortales, los heridos graves y los heridos leves. Sin embargo, los métodos utilizados por la policía y los hospitales para determinar qué víctimas pertenecen a cada tipología pueden ser problemáticos.
Una dificultad recurrente al comparar las bases de datos de diferentes países es el tiempo que se emplea para definir los accidentes y las víctimas mortales. La regla de los 30 días –que es la clasificación de uso más común en todo el mundo y, en particular, en los países con ingresos altos y medios (OMS, 2010)– define un accidente como mortal cuando una persona muere inmediatamente o en los 30 días siguientes debido a las consecuencias de las lesiones causadas por un accidente de tráfico, excluyendo los suicidios. Otros países, y en particular los países con ingresos bajos, utilizan las definiciones de «en la escena» o «en las 24 horas» para clasificar las muertes, lo que puede crear incoherencias entre las bases de datos. Para compensar esto, se han desarrollado factores de ajuste (OMS, 2010) que suponen que la proporción de usuarios vulnerables es similar en cada sistema, lo que no es necesariamente cierto (OMS, 2010).
La regla de los 30 días implica también cierto grado de coordinación entre los agentes de la policía que acudieron a la escena del accidente y el personal hospitalario para dar seguimiento al estado del paciente después de los 30 días, lo que a menudo no ocurre debido a las diferentes prioridades y cargas de trabajo de los involucrados (OMS, 2010). La misma situación ocurre en el caso de las víctimas no mortales: un herido grave es a menudo clasificado como un ingreso hospitalario por el cuerpo médico, mientras que para la policía se trata de una persona que dejó la escena del accidente en ambulancia (Austroads, 2005). Asimismo, existen variaciones entre lo que los hospitales consideran como herido grave —véase IRTAD (2011) para un examen detallado sobre esta cuestión. Por otra parte, cada vez más pacientes son dirigidos a clínicas privadas (por ejemplo, clínicas especializadas en fracturas) en vez de ser hospitalizados. Por consiguiente, es difícil determinar en ciertas bases de datos si las tendencias muestran menos hospitalizaciones debido a un cambio en la gravedad de las lesiones o a un cambio en el sistema de gestión de la salud (Ward, Lyons y Thoreau, 2006). El IRTAD (2011) recomienda que sea el personal capacitado de los hospitales y no la policía que acude a la escena el accidente quien determine la clasificación de herido grave; sin embargo, en la realidad la verificación de la gravedad de un accidente a menudo no se hace y es la policía quien determina la gravedad.
En algunos países es obligatorio declarar los accidentes sin heridos o solo con daños materiales. A veces, el nivel de daños debe superar un cierto límite monetario para ser declarado. Esta información adicional puede ser útil, en particular para identificar la ubicación de los accidentes y sus causas probables, aunque esto suponga un mayor coste de recopilación e introducción de los datos.
La definición de accidente de tráfico puede incluir o excluir los accidentes que afectan únicamente a vehículos no motorizados, así como los accidentes que ocurren en vías privadas o fuera de la vía pública, como en parques o aparcamientos. Por el contrario, algunos países recaban información independientemente de la ubicación (OMS, 2010).
Otra dificultad común es que los archivos sobre los pacientes no hospitalizados a menudo se centran únicamente en la naturaleza de la herida (por ejemplo, una fractura de fémur) y a veces omiten mencionar la causa de la herida, lo que puede hacer prácticamente imposible identificar los heridos por accidente y reduce la información disponible para identificar y tratar las ubicaciones de los accidentes (OMS, 2010).
Existen varios métodos para determinar la ubicación de un accidente (apartado 5.3), aunque cada método está sujeto a errores, lo que puede conducir al registro de ubicaciones inexactas o no específicas por parte de la policía. Esto puede dificultar la evaluación de la importancia de ciertas ubicaciones.
La infradeclaración puede ocurrir en cualquier momento del proceso de recopilación y entrada de datos. La OMS (2010) examina en detalle los factores que contribuyen a la infradeclaración en los datos de la policía y de los hospitales; este fenómeno varía muchas veces según la gravedad del accidente, el modo de transporte, los tipos de usuarios involucrados, la edad de la víctima y la ubicación del accidente. Las conclusiones comunes (Austroads, 2005; Ward, Lyons y Thoreau, 2006) son que:
Esta cuestión de la infradeclaración puede ser un serio problema en cualquier país, pero lo ha sido especialmente en los países con ingresos bajos y medios (recuadros 5.10 y 5.11).
Para los países que no declaran su registro de fallecidos en accidentes de tráfico en un formato específico a la OMS, el Informe mundial de situación (OMS, 2013) utiliza estimaciones basadas en un modelo de regresión. En muchos casos, sus estimaciones difieren considerablemente del número de fallecidos oficialmente declarado. Se estima que ciertos países declaran tan solo entre un 15 y un 20 % de los fallecidos y, en un único caso, la estimación es de tan solo el 2,5 %. Obviamente, falta hacer mucho para mejorar las tasas de declaración. El estudio sobre el sistema RCVIS en Camboya (apartado 5.3.6) destaca un método que se puede utilizar para mejorar las tasas de declaración que, en ese caso, implicó la recopilación de los datos de dos fuentes principales, lo que ha permitido mejorar la situación en Camboya de manera considerable. Indonesia adoptó un método similar y en 2009 tomó medidas para mejorar la recopilación de datos, que incluyeron la combinación de los datos de la policía con los de las aseguradoras y los hospitales. En el siguiente gráfico se aprecia la sustancial mejora en la declaración de los datos conseguida en Indonesia.
Sin embargo, y como indica la OMS (2013), esta iniciativa tuvo la consecuencia imprevista de mostrar un importante aumento en los accidentes de tráfico en el año 2010. Este aparente incremento no es el resultado de un verdadero aumento en el número de muertes, sino una mejora en la declaración de los fallecidos. Varios países presentan también un aumento aparente en el número de muertos por accidente de tráfico, pero en realidad es la exactitud de los datos la que ha aumentado. Estos datos mejorados permiten una mejor identificación y gestión de los problemas de seguridad vial; sin embargo, la impresión de que son los accidentes los que están aumentando de forma notable es un problema que debe ser tratado.
Fuente: OMS (2013).
Es típico que los casos de más gravedad tengan mejores niveles de declaración. Muchos países (en especial los PAIs) registran todos los accidentes mortales y tienen archivos razonables de los heridos graves (por ejemplo, hospitalizaciones). Asimismo, es típico que la información sobre los heridos leves se registre con menor frecuencia. Una manera rápida de determinar el posible nivel de infradeclaración de los accidentes no mortales es comparar los ratios de accidentes mortales con los de otros tipos de accidentes entre países o regiones. Aunque se deban considerar ciertos factores (por ejemplo, el tipo de carretera, el parque de vehículos, las velocidades medias, etc.), la discrepancia entre estas ratios puede revelar diferencias en las tasas de declaración.
Se puede evaluar la tasa de infradeclaración de una base de datos y la calidad de estos a través de la comparación con otras bases de datos. Una comparación común es la de los datos de la policía con los datos sobre los pacientes internos de los hospitales. Otra fuente es la de los datos de reclamación de las aseguradoras. Sin embargo, si bien estas evaluaciones son muy útiles, no permiten determinar el número real de accidentes de tráfico porque no hay manera de conocer la intersección exacta de las dos bases de datos (OCDE, 2007). Algunos accidentes pueden quedar registrados en la base de datos de accidentes de la policía, pero como las víctimas no siempre acuden a los hospitales (como en el caso de accidentes con heridos leves o solo con daños materiales), no siempre aparecen en la base de datos de los hospitales. Al contrario, existirán sin duda registros hospitalarios de lesiones que no están relacionados con accidentes de tráfico.
Comparar los datos de la policía con los de los hospitales permite verificar la exactitud de los casos (siempre que se asegure que la información en ambas bases de datos es la misma) y también constituye una base para estimar la proporción de casos de infradeclaración en ambos archivos, como indica la figura 5.6 (OCDE, 2007).
Figura 5.6. Comparación de los datos registrados por la policía y por los hospitales
Un problema común con esta técnica es que algunos países no permiten la difusión del nombre de las víctimas y a veces ni siquiera de los códigos de identificación personal, lo que hace que los casos solo pueden cruzarse por otras características, como la hora, la fecha o la ubicación del accidente (Austroads, 2005). Los datos pueden conservarse de manera fiable solamente si su calidad se verifica regularmente. La OMS (2010) y el IRTAD (2011) ofrecen más detalles sobre los métodos para evaluar la calidad de los datos y las tasas de infradeclaración.
Normalmente no es posible recabar exitosamente los datos para cada accidente que ocurre en la red, pero no es necesario declarar todos los accidentes para poder sacar conclusiones e identificar las prioridades para mejorar la seguridad vial (Austroads, 2005). No obstante, cuanto más exhaustivo sea la muestra de datos, más elevada será la fiabilidad.
Los principales pasos del proceso de mejora de la calidad de los datos son:
El apartado 3.4.1 de OMS (2010) examina en detalle cómo pueden ponerse en acción los puntos anteriores y propone soluciones eficaces, como los sistemas de captura de datos con funciones de verificación incorporadas para minimizar los errores y el diálogo con la policía para que vea la importancia y el valor de esta tarea y su papel dentro de ella. Es también importante reconocer que debe encontrarse un balance en el grado de detalle que la policía debe registrar en la escena de un accidente, ya que demasiadas preguntas derivarán en informes incompletos y muy pocas limitarán los detalles esenciales necesarios para un análisis futuro.