Manual de Seguridad Vial
Manual para los profesionales y encargados
en la toma de decisionespara la aplicación
de la infraestructura del sistema seguro!
En este Capítulo se describe la creciente crisis mundial causada por las lesiones en los accidentes viales y el considerable valor de prevenir las muertes y las lesiones graves durante los accidentes. También presenta los conceptos de seguridad vial más importantes, que forman la base de las indicaciones de este Manual, para la ejecución de intervenciones asequibles y eficaces, que permitan alcanzar los resultados que puedan ser necesarios en un contexto dado. El primero de estos conceptos es el desafío del objetivo y la estrategia a largo plazo del Sistema Seguro, que se recomienda a todos los países, independientemente de su condición socioeconómica y el nivel de desarrollo de su infraestructura.
En segundo lugar, este capítulo enfatiza el enfoque planificado y sistemático, necesario para la gestión de la seguridad vial exitosa en producir resultados. Como se discute con más detalle en los siguientes capítulos, estos enfoques proporcionan un marco para el establecimiento y puesta en práctica de programas de inversión en seguridad vial y proyectos de demostración. Se hace hincapié en que estos programas y proyectos deben buscar los resultados previstos para el corto y medio plazo, adecuados a la capacidad de aprendizaje y la gestión del país en cuestión. Se requiere la intervención asequible y eficaz que aborde mejor las necesidades de todos los usuarios de las carreteras, incluidos los más vulnerables. El capítulo destaca la importancia de alinear la seguridad vial con otros objetivos importantes para la sociedad, teniendo en cuenta el considerable potencial de beneficios compartidos y con el fin de maximizar la inversión realizada.
El desarrollo económico representa una importante contribución al aumento de la movilidad y de la motorización. Se prevé que durante los 30 primeros años del siglo 21, se fabricarán más vehículos motorizados en el mundo que durante los 100 primeros años de la aparición de los automotores. La mayoría de estos vehículos será utilizada en los países de ingresos bajo y medio (PBMIs)1. (Bliss, 2011).
Junto con el rápido aumento de las tasas de motorización en los países de ingreso medio y bajo, la muerte prematura y la discapacidad ocurren a una escala desastrosa. La mortalidad mundial por carretera aumentó un 46 % entre 1990 y 2010 (Mathers et al., 2012). Alrededor del 90 % de las muertes en accidentes de tráfico ocurren en los países de ingreso medio y bajo, y las víctimas son en su mayoría los usuarios vulnerables, masculinos; e incluyen a los ciudadanos socio-económicamente activos (OMS, 2013a). Aparte de la magnitud del sufrimiento humano implicado, el valor socioeconómico, a menudo subestimado de prevenir estas tragedias es considerable (Jacobs et al, 2000. OCDE, 2008; McInerney, 2012).
La diferencia en los resultados de la seguridad vial entre los países ricos y pobres irá creciendo. Se prevé que en 2030, alrededor del 96 % de las muertes en las carreteras del mundo ocurrirán en los países de ingresos medio y bajo, y un 4% en los países de ingresos altos (PAIs). Los pronósticos de las tendencias de mortalidad a nivel mundial para el año 2030, indican que los accidentes de tráfico pasarán de la novena a la séptima causa de muerte (OMS, 2013b). Sin nuevas iniciativas, las previsiones indican que más de 50 millones de muertes y 500 millones de heridos graves en las carreteras del mundo se pueden pronosticar con cierto grado de certeza durante los primeros 50 años del siglo XXI (Bhalla et al., 2008). Esto es comparable con una probabilidad estimada del 1%, a que durante el mismo período más de 40 millones de personas mueran por causa de mega-guerras o por una virulenta epidemia de gripe-influenza, y aproximadamente 4 millones de personas por volcanes o tsunamis (Smil, 2008).
En respuesta a estos acontecimientos, las recomendaciones ampliamente aceptadas del Informe Mundial (Peden et al., 2004, ver recuadro 1.1) y de otras iniciativas, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el Decenio de Acción para la Seguridad Vial entre 2011 y 2020. El ambicioso objetivo del Decenio de Acción es "estabilizar, y posteriormente reducir el nivel previsto de muertes por accidentes de tráfico en el mundo (ONU, 2010). Si se cumple este objetivo, 5 millones de vidas se salvarían y se evitarían 50 millones de heridos graves, un beneficio socio-económico estimado en más de 3 billones (3x1012) de USD en 2020 (OMS , 2013a).
En el Día Mundial de la Salud de 2004, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial, publicaron conjuntamente el Informe Mundial sobre prevención de traumatismos causados por el tráfico (Peden et al., 2004). El informe fue preparado con la asistencia de expertos mundiales de los países de ingresos bajos, medios y altos. Las conclusiones y recomendaciones generales, aprobadas en la Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas, son ampliamente aceptadas como el plan maestro para una intervención en seguridad vial.
La publicación del informe señaló una creciente preocupación en la comunidad mundial acerca de la magnitud de las pérdidas de salud asociadas con la motorización creciente, y el reconocimiento de la necesidad urgente de tomar medidas para reducir de forma sostenible sus costos económicos y sociales. La implementación de las recomendaciones del informe se ha convertido en una prioridad para los países de ingreso medio y bajo, y el Banco Mundial publicó en 2009 y actualizó en 2013 unas recomednaciones, con el fin de proveer un marco a nivel nacional para asistir en este proceso (GRSF, 2009-2013).
El Plan Mundial de cinco pilares recomienda a los PBMIs, con el apoyo de los organismos de ayuda, avanzar de inmediato hacia la aplicación de los enfoques eficaces del Sistema Seguro (UNRSC, 2011a).
Este manual, cuyo enfoque principal es la planificación, el diseño, la operación y el uso de la red vial, cubre tres de estos cinco pilares: Gestión de la seguridad vial (Pilar1); Carreteras y movilidad más seguras (Pilar 2); y Usuarios de las carreteras más seguros (Pilar 3). También se abordan las velocidades más seguras, integradas en varios de los pilares del Plan Global.
Es ahora un hecho aceptado que las graves pérdidas de salud causadas por accidentes de tráfico son en gran medida previsibles y evitables – un problema antropogénico abierto al análisis racional y a la gestión eficaz de la seguridad vial (Peden et al, 2004). Los sistemas de tráfico pueden desarrollarse con la vista de reducir la probabilidad de accidentes graves o fatales y de minimizar la gravedad de las lesiones en caso de accidente. Ello es confirmado por un conjunto sustancial de conocimientos sobre cómo reducir de manera significativa los impactos adversos y costosos de la motorización. En los países de la Unión Europea por ejemplo, el volumen global de tráfico se ha triplicado entre 1970 y 2000, mientras que el número de personas fallecidas por cada millón de habitantes ha disminuido en un 50% (CCE, 2003). (Véase las vistas en conjunto de Peden et al, 2004; de la OCDE, 2008, del GRSF, 2009).
Durante los últimos 15 años, dos desarrollos mayores y complementarios han dado a conocer enfoques para la seguridad vial y cómo gestionar ésta de manera más eficaz para obtener mejores resultados mediante el uso de enfoques holísticos. El primero fue liderado por Suecia (Visión Cero) (Tingvall, 1995) y el otro por los Países Bajos (Seguridad Sostenible) (Koornstra et al.,1992), que constituyeron un cambio de paradigma en la década de 1990 a la ambiciosa meta del Sistema Seguro (ver recuadro 1.2).
El objetivo para el largo plazo del Sistema Seguro es la eliminación de muertes y lesiones graves, apoyado en el ínterin por metas cuantitativas y periódicas de reducción de accidentes (OCDE, 2008). El objetivo es trabajar en el diseño de un sistema que minimice las defunciones y las lesiones graves, aún sabiendo que siempre seguirán ocurriendo accidentes con menores consecuencias. De hecho, el objetivo ético del Sistema Seguro ha redefinido lo que se entiende por "seguridad" en los objetivos de gestión de la seguridad vial en la práctica efectiva (DaCoTa, 2012c).
La estrategia del Sistema Seguro tiene por objeto garantizar que, en caso de un accidente, las energías del impacto se mantengan por debajo del umbral probable de producir la muerte o lesiones graves. El objetivo es tomar en cuenta las conocidas características humanas del error común, no intencional y la vulnerabilidad del cuerpo humano en la planificación, diseño, funcionamiento y utilización del sistema de tráfico para beneficiar a todos los usuarios. La intervención del Sistema Seguro abarca todos los elementos del sistema de tráfico, así como sus elementos asociados, la infraestructura vial, los vehículos, el sistema de emergencias médicas, y los usuarios de las carreteras.
Fuente: Koornstra et al, 1992;. Tingvall, 1995; OCDE, 2008; DaCoTa, 2012c.
En un enfoque del Sistema Seguro, la movilidad es una función de la seguridad, en vez de lo contrario. Se coloca la seguridad vial en el flujo principal de la planificación, diseño y operación de los sistemas de tráfico. Basándose en lo mejor de los enfoques anteriores, el Sistema Seguro responde más eficazmente a las necesidades de los usuarios vulnerables de la carretera, y es particularmente relevante en el caso de las necesidades de los países de ingreso bajo y mediano. Establecer firmemente El Enfoque del Sistema Seguro en los trabajos nacionales en materia de seguridad vial, exige un fuerte apoyo político y un fuerte respaldo en la legislación (OCDE, 2008; Beltin et al, 2012).
Más recientemente, el Banco mundial, la OCDE y la Organización Internacional de Normalización (ISO por sus siglas en inglés) han enfatizado que la gestión eficaz de la seguridad vial es un proceso sistemático. La seguridad vial no es simplemente algo que ocurre, es necesario producirla. Los resultados de la seguridad vial en los países activos en este campo fueron obtenidos después de años de inversión sostenible en gestión de la seguridad y de fuerte mando gubernamental. El sistema de gestión de la seguridad vial es la capacidad productiva de entregar funciones críticas de gestión institucional, lo cual produce y habilita intervenciones eficaces en todo el sistema diseñadas para producir resultados – mediante los muy ambiciosos objetivo y estrategia del Sistema Seguro (OCDE, 2008; GRSF, 2009; ISO, 2012).
Estos conceptos holísticos son el hilo común en todo este Manual, y representan la suma de los conocimientos y prácticas exitosos en gestión eficaz y multidisciplinaria de la seguridad vial en todo el sistema de tráfico, acumulado a lo largo de varias décadas. Esta base de conocimientos puede aplicarse de manera sistemática en cualquier país, independientemente de sus resultados de seguridad vial, de su estatus socio-económico y del nivel de desarrollo de su infraestructura.
El Recuadro 1.3 perfila brevemente el camino progresivo y cada vez más eficaz hacia estos cambios en el pensamiento y en la práctica en materia de Desarrollos Clave en Seguridad Vial, que se examinan más en detalle en el Capítulo 2. Se exhorta a los PBMIs a evitar el costoso camino de evolución seguido por los países industrializados y descrito en el Recuadro 1.2, y a iniciar actividades críticas para avanzar directamente hacia los enfoques eficaces y asequibles del Sistema Seguro descritos en la Fase 4. También se aconseja a los PAIs adoptar este enfoque (OCDE, 2008; PIARC, 2012; OMS, 2013a). Las implicaciones para la práctica actual en diferentes entornos son un tema recurrente en todo este Manual, y se ofrecen consejos específicos sobre las etapas apropiadas para los diferentes contextos de seguridad vial.
Este Manual muestra a los países un camino sugerido para trasformar de débil a fuerte la capacidad institucional, en particular en la agencia gubernamental líder, así como la coordinación de los arreglos y la gestión de los resultados. Su objetivo es ofrecer lineamientos de avanzada para ayudar a los profesionales en la planificación, el diseño, la operación y el uso de la red vial, de acuerdo con los objetivos nacionales, regionales y mundiales.