7.5 EJECUTAR PROGRAMAS Y PROYECTOS

DIRECTRICES PARA LOS PROGRAMAS

Las directrices para los programas son especificaciones para el uso por el personal del organismo responsable de la red viaria sobre los elementos que deben ser desarrollados y financiados de manera prioritaria (generalmente en función de la relación coste-beneficio o del valor actual neto; véase el Capítulo 11. Selección de intervenciones y establecimiento de prioridades). Estas directrices también serán utilizadas por numerosas autoridades viales para guiar la preparación de proyectos que deben ser sometidos a un proceso de aprobación institucional en varias categorías de financiación para el próximo año presupuestario.

Su desarrollo es generalmente un proceso cooperativo entre el ámbito político central relevante y las regiones del organismo responsable de la red viaria, necesario para desarrollar y ejecutar los proyectos aprobados como componentes de un cierto programa. Las directrices representan la especificación del programa anual de actividades aprobado por los ámbitos comerciales principales, las oficinas regionales y el nivel institucional, de este modo, permiten a las regiones presentar ofertas detalladas para varias categorías de financiación de proyectos.

Un ejemplo es la introducción de una política de mantenimiento que integra criterios de seguridad vial en los niveles de servicio del tráfico. La modificación de estas prácticas existentes puede brindar una mejora progresiva y medible de la seguridad vial en toda la red. Cambiar las prácticas existentes puede permitir una mejora incremental medible en la seguridad vial en toda esta red. El examen de las prácticas existentes y la identificación de maneras de modificarlas para lograr una mayor seguridad vial en la red al mismo coste podría realizarse en el marco del desarrollo de directrices para el programa anual.

Las directivas de programas operativos requieren tiempo suficiente para desarrollarse y luego se utilizan para ayudar a construir el programa anual para su revisión, consideración y priorización durante el período presupuestario.

Existen numerosas variantes de este proceso según las diferentes autoridades, cuyos elementos importantes son:

  • El diálogo continuo entre los poderes centrales (sede central) y regionales para estar de acuerdo en el objetivo y en los detalles de las directrices.
  • La claridad del objetivo y del lenguaje.
  • Los consejos sobre el nivel de detalle de los riesgos a abordar y de la naturaleza de las posibles actuaciones.
  • Los consejos sobre el alcance del programa y la posible financiación.
  • La revisión de los proyectos para verificar que cumplan con las directrices, tanto en el momento de la licitación como en el momento de la asignación del proyecto.
  • La utilización de los resultados de los proyectos para informar progresivamente del desarrollo y de la ejecución del programa.

Establecer los acuerdos para nuevos programas con los que el organismo responsable de la red viaria se sienta cómoda requiere tiempo y esfuerzo. Se sugiere, por lo tanto, establecer, en los años iniciales del desarrollo, programas más sencillos (tanto a nivel de desarrollo como de ejecución) para ayudar en esta transición, especialmente en los PIMB.

Comenzar con proyectos de naturaleza más sencilla (como la identificación y el tratamiento de tramos de carretera propensos a accidentes o de alto riesgo en la red existente y la actividad de auditoría de seguridad vial para nuevos proyectos) ofrece una buena plataforma de aprendizaje inicial.

Por tanto, la puesta en marcha de programas de seguridad vial con tratamientos de lugares propensos a accidentes permite al personal comprender el análisis necesario de los costes de los accidentes, los impactos de tipos de tratamiento específicos (como glorietas o la ampliación de arcenes) y los beneficios de reducción de sus costes. Como se describe en Establecimiento de Procesos Corporativos para Desarrollar Políticas en el Apartado 7.4 Integrar el Sistema Seguro en los objetivos y la práctica operativa de las autoridades viarias, estas competencias son imprescindibles para que el organismo responsable de la red viaria pueda identificar el riesgo de un accidente y pueda examinar y tratar los tramos y carreteras de la red con el objetivo de disminuir el número de accidentes.

El éxito de los primeros años a partir de un programa sencillo probablemente permita aumentar el apoyo comunitario y gubernamental a la labor de mejora de la seguridad vial, así como obtener más financiación.